La última entrevista de Michelle Obama

Mar, 12/20/2016 - 16:40
La primera dama conversó con Oprah Winfrey sobre sus ocho años en la Casa Blanca y confirma que no quiere ser la nueva Hillary Clinton.

La cuenta regresiva empieza... El próximo 20 de enero Donald Trump entrará en la Casa Blanca a jurar su cargo. Claramente un día que muchos estadounidenses estarán pendientes de la situación, ayer se transmitió desde la Casa Blanca la última entrevista de Michelle Obama como primera dama. La última en la que hablará como tal antes de que Melania Trump le tome el relevo y todo cambie para siempre.

 

Con tono coloquial, Winfrey, que es un icono para la comunidad afroamericana y apoyó abiertamente las candidaturas de Barack Obama, pregunta a Michelle sobre la importancia de un presidente con madurez y templanza, en una alusión implícita a la falta de esas cualidades en Trump. “Se necesita a un adulto en la Casa Blanca, alguien que pueda decirnos en tiempos de crisis que todo va a estar bien”, dice la primera dama estadounidense, insistiendo en que su marido ha adoptado esta actitud en sus ocho años en la presidencia.

 

¿Cómo sobrevivió la campaña electoral?

Aunque ni ella ni su marido se presentaban al cargo, Michelle ha sido un apoyo evidente a la candidatura de Hillary Clinton. “Toda la campaña ha sido un reto para mí, tanto como Primera Dama como ciudadana”. Reconoció, por ejemplo, que la noche electoral no se quedó despierta para ver los resultados, sino que fue cuando se levantó al día siguiente cuando descubrió que Donald Trump había ganado. “Fue doloroso”, admitió sin nombrar nunca el nombre del magnate. Alguien al que, por cierto, volvió asegurar que tanto ella como su marido ayudarán en todo lo que necesite para que tenga éxito en su mandato. “La puerta está abierta, tanto para él como para Melania”.

 

¿Cómo es la relación con su madre e hijas?

Ya que habló de su madre, desveló que cuando salgan de la Casa Blanca y se instalen en su nueva casa en Washington su madre volverá a Chicago. “La abuela ha terminado su trabajo”. En esto también tiene que ver que Malia y Sasha ya no son unas niñas. “Como buenas adolescentes, están empezando a rebelarse contra toda clase de autoridad”, reconoció. “Pero imagina lo que es tener 17 o 18 años y tener que aguantar que al menos ocho hombre armados te lleven todo el día en coche e inspeccionen cada lugar al que vas a ir con tus amigos. Ha habido tensiones por este tema, por supuesto, y estamos viendo como superarlas”.

 

¿Quiere ser presidente?

“Es un trabajo muy difícil y no quiero volver a poner a mi familia en esa situación otra vez”, explicó. “La próxima familia que se instalé aquí, cada miembro, va a ver cómo su vida cambia por completo de una manera que ningún americano puede comprender. Y no es que nosotros nos podamos quejar. Nunca nadie nos oirá decir nada de esta experiencia. Pero es un peso muy pesado que hay que saber llevar”.

 

 

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