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Una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel, que evoluciona por brotes pero se puede controlar. Si no se trata adecuadamente puede ocasionar problemas psicológicos y de autoestima en la persona.
La dermatitis seborreica es una enfermedad inflamatoria y crónica de la piel, que evoluciona por brotes pero se puede controlar. "Afecta por lo general aquellas zonas del cuerpo donde hay mayor actividad de las glándulas sebáceas como el cuero cabelludo, la cara (en los costados de la nariz, en las cejas) y la espalda", señaló en nuestro programa Mujer la doctora Maryorie Bernal.
Esta lesión de la piel se caracteriza por lesiones descamativas, de blancas a amarillas, que pueden ser secas y se desprenden con facilidad, así como otras en forma de costras que tienden a picar.
La dermatóloga explicó que existen varias posibles causas de la dermatitis seborreica como aumento de la cantidad de glándulas sebáceas, antecedentes genéticos, presencia de hongos levaduriformes llamado Malassezia, que viven en la piel, principalmente en zonas grasosas.
Se han identificado factores que empeoran la enfermedad, como la alteración de la barrera cutánea o resequedad de la piel, el consumo de alcohol o usar lociones con alto contenido de alcohol que irritan la piel, el estrés, el cansancio y las temperaturas extremas. También, la piel grasosa o problemas de piel como el acné, la obesidad, trastornos del sistema nervioso, como la enfermedad de Parkinson; un traumatismo craneal o un accidente cerebrovascular y tener VIH/sida.
Esta enfermedad es crónica e intermitente, por lo cual puede provocar en el paciente sufrimiento psicológico, autoestima baja y vergüenza. De allí que sea ideal tratarlo con un médico, quien hará un diagnóstico en base al aspecto y la localización de las lesiones cutáneas y recetará un tratamiento personalizado con champús y jabones, cremas tónicas e hidratantes y tratamientos en cabina.