De dientes blancos y sonrisas perfectas, a la realidad

Mié, 11/18/2015 - 20:06

Así como una imagen vale más que mil palabras, una dentadura blanca tiene el efecto de reflejar vitalidad y hacer que el rostro irradie luz.

Los dientes pueden llegar a tener una infinita variedad de gama de colores a causa de diferentes motivos, pero básicamente el tono viene definido genéticamente —o sea, nacemos con un color determinado—, lo que quiere decir que el color de los dientes es una característica innata como el color de la piel.

Lo que hoy conocemos como blanqueamiento dental, no es más que un proceso que se utiliza para tratar los dientes con fines estéticos, eliminando el efecto de manchas o coloraciones de origen extrínseco o intrínseco. Este concepto no es nuevo, los egipcios disponían de cosméticos antes del año 2000 a.C. y para ellos eran símbolos de salud, limpieza y fortaleza.

La doctora Natasha Ford, de la Clínica Dental Spa Ford, nos explica que existen dos procesos, el que es realizado en casa o ambulatorio y el profesional, que se efectúa en el consultorio. En el primero, se confeccionan férulas a la medida (cubetas), el paciente coloca el gel de peróxido en las cubetas y se las coloca durante la noche. El tratamiento dura de siete a diez días. El procedimiento dental en consultorio se realiza en un tiempo aproximado de una hora.

Durante todo este periodo se colocará en la boca un retractor de labios y mejillas, para ayudarlo a mantenerla abierta y las encías se cubren con el fin de protegerlas del gel de peróxido. La sensibilidad es un efecto provocado porque los poros del esmalte están más abiertos durante el tratamiento y, por ello, los estímulos térmicos llegan con más rapidez al nervio dental. Esto varía en cada paciente y la intensidad es distinta: algunos pacientes apenas lo sienten y otros lo sienten mucho.

Por último, la doctora Ford añade que para mantener los dientes blancos por más tiempo, se deben realizar limpiezas dentales cada seis meses y así evitar la acumulación de placa y sarro. Se recomienda tomar en cuenta periodos puntuales, cada año o dos años, de ser necesario, para devolver los tonos que se van perdiendo.

También aconseja llevar una dieta en la que se procure dejar por fuera el café, vino tinto, té y tabaco.

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