Madres eran las de antes

Jue, 01/28/2016 - 14:00
Ahora son ‘supermamás’, las exigencias que se viven en el siglo XXI solo podrían ser toleradas por una real heroína.

Enedelkis (32) tiene una historia interesante, su embarazo fue una grata sorpresa en el medio de su desarrollo profesional,  acababa de comprar su primer carro y le habían entregado su casa hacía poco, la noticia se dio en un momento inesperado, pero con las condiciones adecuadas para poder enfrentar la llegada de su preciosa bebé, que ahora tiene cinco años.

Para Ana; sin embargo, las cosas no se dieron de manera tan fluida. También quedó embarazada sin esperarlo  y tuvo que afrontar la situación como madre soltera. Sostenerse a ella y al bebé fue todo un sube y baja de emociones y temporadas económicas difíciles, trató de sobrellevar la situación con el papá de Matías, pero las cosas no se dieron; ella no tenía una carrera universitaria, así que tuvo que encontrar la manera de  “echar pa’ lante” sola para criar a Matías.

Fernanda (45)  optó por dejar a un lado su desarrollo profesional— y quizás algo más de ingresos— hace más de 25 años  para quedarse en casa criando a dos niños, que ahora son jóvenes adultos. Por supuesto, cuando el cinturón apretó, tuvo que salir a trabajar para poder ayudar a  mantener las cosas en casa.

No hace falta aclarar que en la vida no hay reglas escritas en piedra;  cada historia de vida es distinta,  cada embarazo tiene la magia de ser único e irrepetible y  cada quien decide lo que quiere, como puede y con lo que tiene,  pero  en algo sí coinciden estas historias, las tres atraviesan una misma época social: son mamás en el siglo XXI. Las vivencias de las tres, incluso con sus diferencias, se vieron marcadas por este tiempo, por las  exigencias sociales y por los desafíos que trae consigo el nuevo milenio. 

Tu abuela, tu mamá... y tú

Una encuesta realizada por el sitio Baby Center, dio como resultado que el 39% de las mamás hispanas tienen miedo a encontrar el tiempo suficiente para sus hijos, mientras que al 36% de ellas le abruma pensar en los gastos que representa la crianza de un hijo.  

Algunas de las causas son evidentes. El prototipo de las abuelas es claro: vivían para ser amas de casa y tener niños. Luego la era industrial y la entrada al siglo XX trajeron consigo la posibilidad de acceder a nuevos mundos: trabajos, educación, universidades, dinero, política, deporte, entre otros. Y por fin, la mujer sentía que comenzaba a tener valor e igualdad frente a la figura masculina. Pero el resultado de esa revolución fue que a la mujer no se le quitaron responsabilidades, sino que se le agregaron más a la lista. Así lo explica  Beatriz Goldberg, psicóloga, autora de numerosos libros y conferencista: “El rol de la mujer está muy combinado. Es una multiprocesadora que tiene que estar en todo. Tiene un puesto como directora de hospital, mientras está moviendo el cochecito del bebé, en el teléfono habla con la escuela del más grande y tiene una llamada laboral en espera”.

Para Enedelkis fue cuestión de adaptación entender esta realidad. “La licencia de maternidad pareciera que es un sueño, te desconectas completamente de todo, pero  lo más difícil fue el después, te encuentras con la realidad de que tienes que seguir criando una hija y  trabajar a la vez”.        Quizás por  madurar esa realidad de manera tan rápida es que ahora se pregunta más de una vez si busca un hermanito para su niña. “Yo trabajo desde que tengo 22 años, y yo nunca me he visto en mi casa,  no puedo dejar de ser profesional porque eso es algo que me nace”, expresó.

Para las encuestadas por Baby Center (todas mujeres hispánicas), la preocupación número uno también suele ser esa. Equilibrar el trabajo y la familia fue identificado como  el problema más grande para el 50% de las encuestadas.

Para Fernanda, sin embargo, el camino fue distinto, se había ido de la casa de sus padres desde muy jovencita, y para sostenerse trabajó en tiendas de una marca de ropa masculina de alta costura italiana. Pero a los 19 años se enamoró, se casó y los horarios de la pareja no coordinaban. Al poco tiempo, cuando tenía 21 años, quedó embarazada por primera vez y con su pareja tomó la decisión de dedicarse completamente a eso. Los consejos de moda, la ropa y los centros comerciales fueron reemplazados por pañales, sonajeros, baberos y mamaderas.

La historia de Fernanda se parece a  la de Laura Baena, una malagueña de 33 años afincada en Madrid, madre de dos. Para hacerlo  corto, las exigencias de esta ‘mujer heroína’ le comenzaron a cansar hasta que dijo basta. “Durante dos años intenté conciliar mi vida laboral como supervisora del Departamento Creativo de una agencia publicitaria con mi vida familiar, pero fue un caos. Llegaba tarde a recoger a la niña, a casa... hasta que dices no puedo más”, comentó en una entrevista que dio en “El Mundo”.   Al poco tiempo Laura creó “El Club de las Malasmadres”, una página web y tienda “online” que reúne a todas esas voces femeninas que no encajan en la figura de la heroína con  una larga capa y superpoderes. El portal funciona como una plataforma de ayuda emocional entre madres que encuentran similitudes en su forma de pensamiento, “hay mucha pantomima y prejuicios en torno a la maternidad y muchas madres nos dan las gracias por contar la realidad”, decía Laura en la entrevista. Para visitarlo puedes ingresar a www.clubdemalasmadres.com.

Familias posmodernas

Además de los cambios que trajo la revolución femenina y los resultados que hoy experimentamos de aquella lucha por la igualdad de géneros, existe otro cambio sociológico que tenemos hoy en día: el modelo de familia se ha transformado. Ya no es aquella familia prototipo la regla que hay que seguir, hoy, por distintas razones y decisiones de vida, el modelo de  familia puede estar constituido por una madre soltera, un padre solo, parejas juntadas que reúnen bajo un mismo techo hijos de parejas anteriores, etc. Y, como si fuera poco, a eso se le suma el hecho de que hoy hay parejas que no se plantean el hecho de tener hijos. “Antes uno armaba pareja, se casaba y tenía hijos. Eso era lo natural. No todas las mujeres eran Susanita, pero el modelo era casi indiscutible. Hoy hay distintos modelos de familias, es la época del ‘vamos viendo’ y de dejar que las cosas fluyan”, explicó Goldberg.   

A Ana le tocó lidiar con esta realidad. Vivía en Argentina cuando quedó embarazada, se había hecho una prueba casera, pero no funcionó. De regreso en Panamá fue a un centro de salud en Río Abajo y... aparecieron las dos rayitas. “Hacía poco había fallecido mi padre, esa noticia me dio una gran motivación en la vida”, relató Ana. Crio a Matías con mucha ayuda y  determinación. “Aunque sacrifiqué algunas cosas, no me arrepiento. Ser mamá me cambió para bien, ahora me considero una persona más real y humilde”.

Como diría Majo Galler, jefa de Diseño de la marca argentina Wanama, “madres eran las de antes... las de ahora son supermadres”, ya sea por escoger tener hijos y apostar por cumplir todas las exigencias de la sociedad al mismo tiempo, o bien, por tomar la difícil decisión de  dejarlo todo en pos de sus hijos.   

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