Conoce sobre la pancreatitis y la apendicitis, dos enemigos silenciosos

Mar, 10/06/2020 - 16:20
Es imperante acudir al cuarto de urgencias ante el conjunto de síntomas de ambas afecciones. Aprende más sobre ellas en esta nota.

Muchas veces desestimamos un dolor de abdomen, pero cuando suelen ser intensos puede tratarse de una apendicitis o una pancreatitis. Y es necesario tratalo con urgencia.

 

El principal síntoma de la pancreatitis es el dolor intenso y súbito en la parte superior del abdomen que se irradia a la espalda, acompañado casi siempre de náuseas y vómitos.  El dolor se alivia al inclinarse hacia adelante. Puede manifestarse en forma leve o severa en donde hay shock y falla orgánica múltiple. 

 

Mientras que la apendicitis se presenta con un fuerte dolor abdominal, cuya evolución y características ayudan al diagnóstico.  Inicia en la zona periumbilical (alrededor del ombligo) de forma constante y se localiza posteriormente en el cuadrante inferior derecho del abdomen.  Está acompañado de náuseas, vómitos, pérdida de apetito, fiebre.  El paciente debe acudir de inmediato al cuarto de urgencias, sobre todo si los síntomas persisten por más de una hora.

 

 “Ante cualquiera de estos síntomas debe acudir al cuarto de urgencias de inmediato”, indica el Dr. Aurelio Núñez, Cirujano General y Proctólogo del Hospital Paitilla.

 

Conoce más sobre ambas condiciones a continuación.

 

Pancreatitis

El páncreas es un órgano extraordinario con funciones que abarcan tanto el sistema endocrino, con la producción de hormonas como la insulina, como en el sistema exocrino con la producción de enzimas (la amilasa y  la lipasa, entre otras) que participan en la digestión.  El páncreas se  encuentra  detrás del estómago, y se une al duodeno a través de un conducto, sitio donde drena enzimas y pro-enzimas que se activan y digieren los alimentos.  Por su relevancia en el organismo siempre ha sido de gran interés en el estudio médico, nos comenta el Doctor Núñez.

 

El páncreas puede afectarse de varias formas, una de ellas es la pancreatitis, que se manifiesta mediante una lesión e inflamación con auto digestión (sus enzimas destruyen su propio tejido).  Existen dos tipos: Pancreatitis aguda, que es un episodio, y la crónica que se convierte en un padecimiento repetitivo y por mayor tiempo la cual puede resultar en daños irreversibles, donde se pierden las funciones del órgano parcial o completamente.  Algunos de los daños de la pancretitis crónica se manifiestan con malabsorción de alimentos y desnutrición, diabetes mellitus, fístulas pancreáticas, pseudoquiste de páncreas y, si se rompe el órgano, ascitis pancreática.

 

Las causas son el abuso de alcohol y la obstrucción por un cálculo biliar, entre otras.  La ingesta de alimentos altos en grasa, trauma, esteroides, virus de la papera, cáncer, pancreatitis autoinmune, picadura de escorpión, triglicéridos elevados, niveles elevados de calcio, ciertos medicamentos (sulfas, inhibidores de la transcriptasa inversa e inhibidores de las proteasas).

 

Una vez en el cuarto de urgencias, se le realizarán exámenes para confirmar la sospecha clínica, la amilasa y lipasa, además el ultrasonido y la tomografía.

 

El tratamiento varía con el grado de severidad al momento del diagnóstico, y consiste en hidratación intravenosa, ayuno o reposo intestinal, analgésicos evitando la morfina, siempre con monitorización estrecha, hospitalización, en donde se evalúa al paciente para estimar la evolución y pronóstico.

 

Como recomendaciones finales, el Doctor Núñez  indica que, para el proceso de recuperación, el paciente debe alimentarse con porciones pequeñas, evitar alimentos grasos y el alcohol. En los pacientes con pancreatitis crónica no se puede ingerir alcohol de forma definitiva, y deben tomar enzimas pancreáticas en forma de suplementos para evitar la malabsorción y la esteatorrea (diarrea grasa).  Debe monitorizarse la glicemia por el riesgo de diabetes mellitus.

 

Apendicitis

 

Esta condición es la inflamación del apéndice vermiforme (recibe este nombre por su forma) causada por la obstrucción del lumen apendicular (parte interna del apéndice), ya sea por un fecalito o en el caso de los niños por el crecimiento de un tejido que se denomina hipertrofia linfoide.

 

 “Se estima que el 10% de la población padecerá de apendicitis aguda y es la causa más común de cirugía abdominal de urgencia”, indica el Doctor Núñez.  Es más frecuente en la población joven, incluyendo adolescentes, sin embargo, puede presentarse a cualquier edad.  Es ligeramente más frecuente en el sexo masculino.

 

Al llegar al hospital le practicarán al paciente exámenes sanguíneos y de orina para descartar otras patologías que también producen dolor abdominal como la colecistitis aguda (inflamación en la vesícula), cálculo renoureteral (cálculo en el riñón o uréter), enfermedad inflamatoria pélvica, quiste de ovario, adenitis mesentérica (inflamación en los ganglios linfáticos del intestino), diverticulitis de Meckel (malformación en el intestino delgado), enteritis regional (enfermedad inflamatoria de Crohn).

 

El tratamiento indicado es la extracción del apéndice (apendicectomía), sin embargo, hay casos en condiciones muy específicas que bajo vigilancia estrecha pueden ser tratados con antibióticos.  Esta cirugía no deja secuelas, posteriormente el paciente puede tener una dieta regular y cuidar la herida como cualquier otra cirugía, evitando ejercicios fuertes por lo menos seis semanas y empezar la actividad física gradualmente.

 

Puede ocurrir una complicación, que es la perforación del apéndice, lo cual es grave y requiere atención inmediata.  Esto ocurre principalmente en niños y personas de edad avanzada.

 

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