Óleos milagrosos

Los orígenes de la humanidad y las culturas milenarias nos pueden conducir a secretos poderosos y ocultos. Sí, cuando hablamos de belleza también. Los aceites naturales han estado presentes en muchas generaciones, su historia puede tener más de 4,500 años, y estamos seguras de que para tu abuela representaban recetas tan efectivas como la medicina occidental. Pero en las culturas orientales milenarias, los extractos vírgenes conformaban un complejo sistema de medicina natural. Los faraones del antiguo Egipto fueron los primeros en utilizarlos para prácticas medicinales.

Los griegos, por otro lado, los utilizaban para masajes terapéuticos y aromaterapia, y los romanos los llevaron al aspecto de la salud e higiene personal.

En las dinastías chinas y marajás (India) también se utilizaban los aceites vegetales como método de curación como el ayurveda.

En el año 1000 d.C. fueron los árabes los responsables de mejorar las técnicas de extracción.

En la civilización occidental, también hubo algunos avances: en la época medieval (entre el siglo V y el XV) eran famosos los tratamientos de alquimia, mientras que en el Renacimiento, los usos de los extractos vegetales estaban asociados con los placeres. Más tarde aparecieron nombres como Edward Bach, un homeópata inglés que elaboró la conocida “terapia floral”; René-Maurice Gattefossé, un científico francés que desde muy temprana edad investigó con la aromaterapia, y por último, en la Segunda Guerra Mundial, un colega del francés: el doctor Jean Valnet.

¿Qué son los aceites vegetales?

Son compuestos orgánicos extraídos de los frutos oleaginosos de algunas plantas. Nunca están hechos a base de agua y por lo general son volátiles (a altas temperaturas pueden evaporarse). Estos óleos mágicos están divididos en dos grandes grupos: esenciales y portadores o base. Los primeros están caracterizados por ser sustancias muy concentradas provenientes de la destilación de una planta, un claro ejemplo de este grupo son la esencia de lavanda o de rosa. El segundo grupo (portadores) son aceites que suelen provenir de semillas, raíces, tallos o frutos. No suelen ser tan fuertes. Algunos ejemplos son el aceite de aguacate, oliva o argán.

Sus mágicas propiedades

Los aceites vegetales están caracterizados por traer innumerables beneficios a la piel y al cabello. Por lo general, son más efectivos que una crema hidratante, ya que tienen la capacidad de penetrar más rápido la dermis y llegar al flujo sanguíneo. A modo general, los aceites ayudan a la renovación celular, hidratación profunda y son antisépticos. ¡Pero veamos a algunos de ellos por separado!

• Aceite de argán: es propio de Marruecos, ya que el fruto del cual se extrae este óleo crece principalmente en esa región. El argán tiene la capacidad de frenar la degeneración de los tejidos y se usa como protector solar. También sirve para pieles maduras.
• Aceite de almendras: tiene una rápida absorción. Se conoce por su alto contenido en vitaminas A, B1, B2, B6 y E. Posee efecto hidratante, nutritivo y protector. Contribuye a mejorar la regeneración celular, flexibiliza la piel y elimina irritaciones, dejándola suave. En el cabello, aporta luminosidad y es bueno para reparar puntas y hebras quebradizas.
• Aceite de jojoba: es hidratante, está muy recomendado para el cuidado de pieles maduras, ya que posee propiedades antioxidantes. Además contiene antinflamatorios naturales. Sirve para contrarrestar la artritis y el reuma.
• Aceite de rosa mosqueta: es hidratante, regenerante, antioxidante y cicatrizante. Suaviza las arrugas y revitaliza el fibroblasto, responsable de producir colágeno y elastina. Aportará luminosidad y aumentará el flujo de oxígeno en la piel.