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El presidente de la nación reconoció que Sudáfrica es uno de los lugares más inseguros del mundo para ser mujer
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, anunció hoy un "plan de acción de emergencia" para combatir la violencia machista y contra los menores y prometió destinar 1.100 millones de rands adicionales (unos 68 millones de euros) para cubrir las numerosas grietas del sistema al respecto. El plan, que se implementará a lo largo de los próximos seis meses, se centra en mejorar en cinco áreas: la prevención (con especial énfasis en la educación), la administración de justicia, el marco político y legal, los canales de soporte para las víctimas y los niveles de empoderamiento económico general de las mujeres.
Con este anuncio, que Ramaphosa hizo durante una sesión conjunta de las dos cámaras del Parlamento en la sede del Legislativo en Ciudad del Cabo, convocada para abordar el problema de la violencia contra mujeres y niños, el Ejecutivo responde al clamor popular, especialmente intenso en las últimas semanas con multitudinarias protestas en distintos puntos del país, por la ineficiencia a la hora de atajar esta lacra. "Sudáfrica es uno de los lugares más inseguros del mundo para ser mujer, con niveles de violencia comparables a los de los países en guerra", reconoció el presidente.
También admitió que hasta ahora el país se ha quedado "corto" en esta lucha. En su intervención parlamentaria, Ramaphosa resaltó con preocupación la magnitud de los números de este problema: una de cada cinco mujeres sudafricanas mayores de 18 años dice haber experimentado violencia física por parte de su pareja. "El año pasado, 2.700 mujeres y más de 1.000 niños murieron a manos de otras personas. Cada día, la Policía recibe más de 100 casos de violaciones denunciadas. Eso no tiene en cuenta muchos más casos de violación y de abuso que no son reportados", detalló el mandatario.
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Ante esta situación, Ramaphosa pidió esfuerzos colectivos y prioritarios de todas las instituciones y prometió penas más duras para los agresores, que se desarrollarán mediante cambios legislativos que deberán ser aprobados por el Parlamento. "Los que sean hallados culpables de estos delitos no deben poder optar a la libertad condicional. Una sentencia de por vida debe significar eso, una vida en prisión", recalcó Ramaphosa.
Puso sobre la mesa otro gran problema que también ha sido protagonista en las últimas semanas: los episodios de violencia con tintes xenófobos que este mes dejaron hasta doce muertos en el país (diez sudafricanos y dos extranjeros), importantes daños materiales y cientos de inmigrantes que abandonaron Sudáfrica por miedo o por haber perdido su modo de vida. La espiral de violencia dañó gravemente la imagen de Sudáfrica en la región, con duras críticas desde países como Nigeria, Zimbabue o Zambia.
El presidente recalcó que Sudáfrica debe ser un lugar seguro para todo el mundo y que no hay ninguna excusa que justifique actuar fuera de la ley. "Debemos eliminar el cáncer de la violencia de género y la xenofobia. Trabajando juntos podemos convertir este momento de crisis en una oportunidad para renovarnos y retornar al respeto al imperio de la ley y los derechos humanos", sentenció. EFE
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