Michele Stephenson, la cineasta que busca hacer justicia a la etnia negra con sus documentales

Vie, 05/17/2019 - 17:31
La abogada y artista estadounidense de origen panameño y haitiano, cree que existe una deuda histórica con las comunidades afro descendientes. Por ello, considera necesario recontar su historia, resaltando las luchas, resistencia y héroes. Recientemente presentó su documental "American Promise" en el marco de África en América.

La estadounidense Michele Stephenson es una cineasta, artista y escritora, que utiliza sus raíces panameñas y haitianas, al igual que su experiencia como abogada de derechos humanos, para contar historias reales de las comunidades afrodescendientes. Un compromiso con la justicia y la igualdad.

Actualmente se encuentra en Panamá participando de la cuarta edición del festival Africa en América 2019, organizado por el Municipio de Panamá, que este año tiene el lema ¿Y tu abuela dónde está?

Michelle fue invitada por la Embajada de Estados Unidos en Panamá para la proyección de su documental "American Promise", el cual fue merecedor de un premio Sundance y nominado al Emmy. El film que recopila trece años de grabaciones de una situación familiar de la cineasta, fue presentado el pasado 17 de mayo, en el teatro Gladys Vidal, y contó con un conversatorio de la cineasta. 

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Previo a su participación en el programa Noches de Cine Afro, la estadounidense realizó, junto a la fundación Mente Pública, un taller en Curundú con jóvenes para contar historias entrañables de los barrios populares, sus personajes y cotidianidad. Conversamos con Michelle sobre su visita a Panamá, su trabajo y los retos que afronta la cultura negra en el mundo.

¿Qué descubriste durante el taller con los jóvenes en riesgo social? ¿Qué te llamó la atención?

Que hay una pasión muy fuerte de contar historias desde el punto de vista de la comunidad. Además, que hay historias muy ricas que se deben contar, que se debe tener una plataforma para poder distribuirlas, para que otras personas, no solo de la comunidad sino fuera de ella, puedan verlas. La idea es que se combatan los estereotipos que existen, que dan una imagen falsa de los individuos y jóvenes, quienes están trabajando mucho, tienen mucha imaginación. Las ideas fueron muy interesantes.

Fueron jóvenes, no solo de Curundú sino también de afuera, incluso algunos que nunca habían estado en esa comunidad, y para ellos fue una experiencia muy enriquecedora.

Sabemos que tienes raíces panameñas. Cuéntame un poco de tu relación con Panamá y qué representa para ti estar aquí durante el mes de la Etnia Negra.

Para mí hacer parte del programa de África en América es muy emocionante. Mi familia es de Los Santos, no conozco mucho Panamá pero he viajado de vez en cuando a ver a mi abuela, primos y primas. Espero poder contribuir con mi trabajo para que la gente entienda no solamente que nuestras raíces son diversas y que hay que tener un orgullo propio de esa parte afro que tenemos, sino también que existe un sistema que oprime a unos más que a otros. No es solamente reconocer la rica y diversa historia que tenemos sino que dentro de eso hay un legado colonial de esclavitud, de genocidio, que debemos enfentar y tratar de cambiar.

Te criaste en Estados Unidos. ¿Qué contacto con Panamá tuviste durante tu niñez y adolescencia?

Me crié entre Estados Unidos y Canadá. Mi papá es haitiano y nací en Haití. Mi mamá es panameña. Para mí Panamá era música, baile típico. Tengo memorias de mi abuela bailando música típica panameña, las cutarras, las comidas, el sancocho... Mi familia viene de un pueblecito muy pequeño en Los Santos, llamado Botello, donde se cría ganado, entonces mis recuerdos son de llegar aquí, viajar cuatro horas al interior y pasar tiempo con mi familia allá.

Más allá del baile, la música y la comida, Panamá es ese sentimiento fuerte de conexión con la familia, la importancia de este núcleo. Y también saber que para mí la vida del interior, del campo y el campesino es algo de lo que debemos tener orgullo. A veces miramos para afuera para ver referencias, y hay una cuestión de autoestima muy fuerte que debemos combatir, el sentimiento de inferioridad que nos afecta.

Fuiste abogada de derechos humanos. ¿Cómo influye esta visión en tu arte?

Para mí el arte no se separa de la justicia. Es una manera de expresar la injusticia que miro. Pero también es esa parte de derechos, de entender y poder contar nuestros personajes, las personas que hacen parte de nuestras comunidades, de una manera más profunda, así como ver que tenemos un espíritu muy fuerte de resistencia a las injusticias que enfrentemos. Entonces para mí no es solamente una visión de justicia sino de completar la narrativa.

De abogada a cineasta. ¿Cómo ocurrió esa transición?

Conocí a mi esposo cuando estaba en la escuela de derecho y él estaba haciendo películas. Me apasioné tanto con el tiempo, que pasé a ver sus trabajos y dije 'creo que es una cosa que quiero hacer'. Hice una transición que tomó un poco de tiempo, pero con la pasión y determinación lo logré. Para mí contar historias que no son contadas fue una cosa que me apasionó.

¿Cuántos trabajos cinematográficos has hecho hasta hoy y cómo definirías tu obra?

Muchos. Definiría mi obra como una mirada a las experiencias vividas de mi comunidad.

¿Acaso es un vehículo para mostrar la realidad de los afrodesendientes?

Sí, de latinos de ascendencia afro. Pero es también exponer el sistema de injusticia que existe. Hay una parte cultural, pero también debemos tener conciencia de cómo este sistema funciona para oprimir a las sociedades, y se va a ver ahora con la película "American Promise", donde muestro cómo es que el sistema educativo funciona y cómo hay muchas actitudes que son inconcientes pero que pueden tener consecuencias muy graves en el otro. 

Háblame sobre "American Promise", tu documental que veremos en el programa de Áfrican en América.

Es una larga historia. Son trece años de documentación. Mi esposo y yo somos también socios de documentación y de creación, entonces hicimos ese documental trazando la experiencia educativa de mi hijo y de su amigo en una escuela privada muy elitista. Los obstáculos que ellos enfrentaron son sistémicos hacia los niños afro, y entonces la cuestión era nosotros como padres cómo lo enfrentábamos, no solamente para proteger a nuestros hijos, sino para darles las herramientas necesarias para atravesar esos obstáculos sin que les afectara su autoestima. Eso quedó al frente de nuestra mente en el trabajo que hicimo.

¿Qué situaciones se evidenciaron al final?

Que había una desigualdad, pero también para nosotros fue un proceso de concientizar a nuestro hijo que con eso el tiene una herramienta que le permite tener éxito en lo que quiere hacer ahora como adulto. Tiene 24 años.

¿Qué te dice del documental tu hijo ahora que es adulto?

Que en el proceso de hacer el documental, él no tenía mucha conciencia, era algo que sus padres le hacían hacer; pero ahora ve eso como una oportunidad, le ha abierto muchas puertas en lo que quiere hacer.

¿De dónde surgió esa idea de grabar esas vivencias durante 13 años?

Hay una tradición en el cine documental de hacer un trabajo longitudinal y eso nos encantaba. Era un proyecto a largo plazo que nos permitía hacer otras cosas, porque no estábamos filmando siempre sino de vez en cuando, sabiendo que al final de trece años íbamos a tener una historia bien fuerte, solamente por el hecho de haber grabado durante ese tiempo.

 
Estamos en el decenio afro y las mujeres negras aún son minoría. ¿Qué crees hace falta para visibilizar el papel de la mujer negra en la sociedad?

Falta todo. A todos los niveles hay que actuar con una conciencia, no solo de inclusión sino de justicia, ya sea en el arte, a nivel de gobierno, educativo, hay un trabajo muy profundo que hacer. También a nivel cultural, en término de cómo nos sentimos, de autoestima, pero también de validar las voces que existen. Creo que es un trabajo profundo de concientización que se tiene que hacer a todos los niveles.

Entonces, ¿podemos afirmar que existe discriminación?

Claro. Hay discriminación de individuo y a nivel sistémico.

¿Crees que existe una deuda histórica con la Etnia negra?

Sí. El primer paso es de recontar la historia, entender realmente lo que ha acontecido a través de la esclavitud, no solamente el nivel de injusticia sino de resistencia, cuáles eran todos los héroes que enfrentaron los obstáculos, cómo eso se cuenta en las escuelas, cuál es la narrativa histórica que se cuenta. Es un primer paso. 

¿Te sientes negra?

Sí. Negra de piel clara, y con eso tengo privilegios que tengo que reconocer, con esa piel clara hay cosas a las que tengo acceso que otros no. La cuestión es cómo yo voy a usar ese privilegio para tratar de cambiar las cosas.

Ser negra y mujer, ¿te ha hecho el camino más difícil?

Sí, es que yo he tomado una decisión política que tal vez otra persona en mi posición no lo hubiera hecho por ser clara. Pero yo estoy conciente de eso y no dejo que me impida expresar lo que tengo ni que afecte mi visión independiente. Claro que hay un costo por eso, pero estoy preparada para aceptarlo.

 

 

 

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