Cánceres pediátricos más frecuentes, síntomas y tratamiento

Mié, 08/04/2021 - 15:24
La mayoría de los cánceres en los niños son causados por mutaciones al azar (errores al azar durante la división de una célula) y no se asocian al estilo de vida del niño. Como padres o cuidadores debemos estar pendientes de signos o síntomas y acudir al médico para evaluación.

El riesgo de padecer de cáncer incrementa con la edad, además de otros factores como la genética, la herencia familiar, el entorno y nuestros hábitos. Pero, lastimosamente los niños, adolescentes, inclusive bebés también pueden llegar a desarrollar cáncer.

 

A continuación el Doctor Jaime Boyd, Hematólogo/Oncólogo Pediatra del Hospital Paitilla señala cuáles son los cánceres pediátricos más frecuentes, sus síntomas y tratamiento.

 

La mayoría de los cánceres pediátricos son causados por mutaciones al azar (errores al azar durante la división de una célula) y no se asocian al estilo de vida del niño. Solo una minoría de los cánceres pediátricos sí se asocia a genes heredados conocidos.  El cáncer más común en pediatría es la leucemia, seguido de los tumores cerebrales y los linfomas. Otros cánceres comunes en pediatría son neuroblastoma, cáncer en el riñón (tumor de Wilms), en los huesos (osteosarcomas y sarcomas de Ewing), en los músculos (rabdomiosarcoma) y en el ojo (retinoblastoma), hígado (hepatoblastoma) y tumores de células germinales. Pero hay un gran número de cánceres menos frecuentes que sumados representan un porcentaje importante de los pacientes”, expresó el Doctor Boyd.

 

Como padres o cuidadores debemos estar pendientes de signos o síntomas y acudir al médico para evaluación. “Los síntomas dependen de qué cáncer tiene el paciente, pero la mayoría de los síntomas del cáncer pediátrico son inespecíficos, es decir, son síntomas que son muy comunes en otras enfermedades benignas comunes y, por lo tanto, a menudo no se sospecha que es un síntoma debido al cáncer. Las leucemias a menudo causan moretones, sangrado y fiebre, pero lo más característico es que cuando se hacen exámenes de sangre rutinarios como un hemograma, se ve que están dramáticamente alterados. Los tumores del sistema nervioso central a menudo causan dolor de cabeza, vómitos (especialmente en la madrugada) o convulsiones. Los otros cánceres (tumores sólidos) a menudo se presentan como una masa o bola en alguna parte del cuerpo donde no debe haber una masa. El retinoblastoma (cáncer en el ojo), se presenta como una pupila blanca, que se describe como similar a un “ojo de gato”, nos detalla el Doctor Boyd.

 

 

El Registro Nacional del Cáncer de Panamá estima que cada año se detectan entre 100 y 115 casos nuevos de cáncer pediátrico, de los cuales un número tan alto como 103 se encuentran ya en estado avanzado. Esto se debe a que “la mayoría de los cánceres pediátricos son muy agresivos y de rápido crecimiento, así es que muchos de ellos, como la leucemia, están siempre diseminados desde el inicio. Muchos tumores producen síntomas llamativos (por ejemplo, una convulsión o una pupila blanca), que el paciente busca atención médica inmediatamente, aunque no sospeche que se trata de un tumor. Pero los tumores sólidos pueden crecer dentro del abdomen o el tórax, pueden tardar algún tiempo en dar síntomas más obvios y paralelamente se pueden ir regando a otros órganos (metástasis). Lo importante es que, si presenta síntomas anormales, especialmente si son persistentes, debe ser llevado a su pediatra para que sea evaluado oportunamente”.

 

Una vez realizado el diagnóstico, el médico sugerirá el tipo de tratamiento más apropiado. Indica el Doctor Boyd que “existen 3 modalidades de tratamiento: cirugía, radioterapia o medicinas para matar el cáncer (generalmente llamada quimioterapia, aunque más recientemente se han diseñado medicinas que matan algunos tipos de cáncer que no son clasificadas como quimioterapia). La decisión de qué tipo de tratamiento usar depende del tipo de tumor. A menudo es necesario combinar 2 o 3 modalidades distintas (cirugía, más radioterapia más quimioterapia) en un mismo paciente”.

 

En general, con tratamiento adecuado, cerca del 85% de los niños con cáncer sobrevive. Pero es algo que varía mucho según las características de cada paciente, especialmente el tipo de cáncer y qué tan avanzado esté. En algunos tipos de leucemia, más del 95% de los niños sobrevivirá, mientras que en otros cánceres la probabilidad de curarse es muy baja.

 

Después de haber sido diagnosticado y tratado el cáncer deberá tener un seguimiento especializado durante muchos años. Inicialmente el seguimiento va dirigido a detectar recurrencias del cáncer, y posteriormente a detectar y tratar efectos secundarios tardíos del cáncer o su tratamiento. A medida que transcurre el tiempo desde que el paciente es diagnosticado, tratado, y no hay recurrencia del tumor, va aumentando la probabilidad de que no regrese"

 

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