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Mi bebé vomita sistemáticamente un poco de leche después de cada toma y llora a menudo ¿Es grave? ¿Qué puedo hacer?

Por lo general, ocurre en los bebés recién nacidos, y dura aproximadamente los primeros seis meses de vida. El reflujo gastroesofágico es un malestar normal que afecta al 90% de los niños menores de dos años en todo el mundo. Según explicó el doctor Jorge Higuera, este padecimiento tiene mucho que ver con la inmadurez que los seres humanos tienen al nacer. “Cuando estamos pequeñitos, somos muy inmaduros en muchos aspectos neurológicos; de igual manera, lo somos desde el punto de vista del tubo digestivo, es decir, el estomaguito del bebé, en los primeros meses de vida, no va a trabajar igual que cuando es más grande, eso significa que no digiere bien los alimentos, y es precisamente esto lo que produce el reflujo en los infantes”, dijo el experto, quien, hace unas semanas, estuvo en Panamá dictando charlas y seminarios sobre este problema. Higuera mencionó que a este padecimiento, los médicos lo llaman “regurgitación” y es algo normal. “Es simplemente el paso del alimento al estómago hasta la boca, pero sin esfuerzo alguno. En Estados Unidos los llaman ‘los vomitadores felices’”. Y aunque es algo normal que no debe causar alarma entre las madres, el experto aclaró que existen signos que pueden dejar saber que el problema va más allá de un simple reflujo.
El vómito constante, sin esfuerzo, ni arqueos y mucho menos ahogo, es lo normal. Pero cuando el bebé vomita con mucho sacrificio, presenta baja de peso, llanto a menudo, diarreas, tos constante y debilidad, es necesario acudir al pediatra para que este le realice una evaluación y determine la causa de este padecimiento.
¿Cuál debe ser el tratamiento?
A la hora de asignar un tratamiento médico, según explicó el experto, antes hay que determinar si el niño sufre de una regurgitación normal o si hay un problema mayor. En el caso de un niño sano con reflujo normal, no es necesario medicarlo, pero el médico da algunas recomendaciones para evitar complicaciones: darle leche materna, ya que esta la digiere más rápido, la posición al dormir debe ser boca arriba -la posición boca abajo se asocia a muertes de cuna-, alejarlo de olores como el cigarrillo debido a que le ocasionan más náuseas, no debe usar ropa muy ajustada porque le aprieta el abdomen y aumenta la regurgitación o reflujo; si el bebé toma fórmula, esta debe estar un poco espesa. “Antes los médicos recomendaban darle medicamentos, pero ahora sabemos que estos no tienen ningún efecto mejorante”, dijo el doctor.
Pero si aún siguiendo los consejos anteriores, su niño continúa bajando de peso, arqueando al vomitar y demás, entonces debe llevarlo al pediatra para que este determine qué medicamento disminuirá el problema.
El dotor Higuera dijo que a partir de los cuatro o seis meses de edad, cuando el niño empiece a sentarse y a consumir otros alimentos, el malestar podría ir desapareciendo, y aclaró que hay infantes que tardan más tiempo, pero no hay por qué desesperarse.
Evita la regurgitación Hay varias posiciones que ayudan a mejorar el reflujo, entre ellas están: antes y después de la alimentación, está indicado mantener el torso del bebé en posición vertical en un ángulo superior a 30 grados, 30 minutos después de comer, porque esta postura ayuda a mantener los alimentos en el estómago del bebé. Después de la lactancia, hay que mantener al bebé en esta posición.
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