¡Cuidado con esos lunares!

Vie, 03/11/2016 - 21:17
Para algunas personas esas pequeñas marcas en la piel son sinónimo de belleza, pero no todas son saludables.
foto: eastsidedermatology.com

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Hace algunos años tener un lunar en la mejilla era considerado como un símbolo de sensualidad, incluso las chicas llegaban a dibujarse esta pequeña marca en la cara. Hoy día los lunares son un fuerte indicio de cáncer en la piel. Aunque parezca algo insignificante, esa pequeña mancha, con la que tal vez estás encariñada, puede traerte problemas.El autoexamenEn primera instancia todos los especialistas aconsejan el autoexamen, de esta manera conocerás tu cuerpo y los cambios que pueden surgir. Pero, ¿a qué cosas debo prestarle atención al revisarme? Un lunar grande no es necesariamente peligro. Esta falsa creencia es uno de los peores errores que se cometen en el autoexamen. Lo principal es ir al dermatólogo tras “signos de alerta", como son las alteraciones en la simetría, bordes irregulares, cambios de color, crecimiento, inflamación, sangrado, picazón o molestias. Los lunares que requieren cierta importancia son aquellos que se poseen desde el nacimiento, y los que aparecen en las palmas de las manos o en las plantas de los pies.

Detección temprana

Si después de revisarte minuciosamente descubriste algo que no te gustó, es importante que vayas a ver a un especialista en dermatología. Antes de la consulta hay cosas que puedes hacer como:

  1. Tus antecedentes familiares de lunares inusuales, melanomas u otros cánceres.
  2. Reducir la exposición al sol. La exposición excesiva puede estimular la formación o hasta causar melanomas. 
  3. Tomarte un juego de fotografías de cuerpo entero, así el especialista podrá ver con mayor facilidad los cambios. 

Durante la consulta, el médico determinará si con el examen clínico es suficiente o si es necesario utilizar el dermatoscopio (un microscopio especial). La regla del ABCDELos dermatólogos cuentan con la regla del ABCDE del melanoma, la cual permite evaluar las características de los lunares o de las lesiones pigmentadas nuevas que aparecen en la piel. Si se presenta alguno de estos hallazgos, debe consultar al dermatólogo para que revise la lesión. Este acrónimo se origina: A (asimetría de la lesión, una mitad de la lesión es diferente de la otra), B (bordes asimétricos), C (cambios de colores), D (diámetro mayor de 6 cm) y E (evolución y elevación).

 
Tratamiento

Si tu médico dictaminó que hay que removerte algún lunar, no te preocupes, las cirugías se realizan con anestesia local, no duelen nada, a veces ni siquiera requieren puntos. El tratamiento debe ser individualizado para cada persona. La decisión de tratar o no, y de cómo hacerlo, está basada en la edad y la salud de la persona, y en el tamaño, el aspecto, la situación y el historial de crecimiento del lunar. Actualmente, la cirugía es el único tratamiento eficaz. La mayoría de los médicos recomiendan la extirpación quirúrgica para disminuir el riesgo de cáncer y por estética.

 

No te confundas

No todas las manchas de la piel son lunares. En zonas expuestas al sol es muy frecuente las pecas o lentigos actínicos, también llamados manchas de la edad. Se tratan de manchas gris-marrón que aparecen en muñecas, dorso de manos, antebrazos y cara, habitualmente pequeñas y que tienden a unirse. Otras lesiones frecuentes en la piel, especialmente en las personas de edad media, son las queratosis seborreicas, son parecidas a las verrugas y aparecen en la cara. Ambas son fácilmente diagnosticadas por el dermatólogo y no son cancerosas.

En la mayoría de los casos, el examen clínico es suficiente para saber si un lunar es benigno o maligno. La importancia de los lunares radica en descubrirlos a tiempo.
 

¿Conoces los lunares rojos?
Los lunares rojos, también conocidos como Nevus cherry, son angiomas seniles o angiomas rubí. Se sitúan con frecuencia en el tronco, aunque pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Su aparición se inicia en el adulto joven, para aumentar en número y tamaño con la edad. Están formadas por proliferación de los pequeños vasos de la piel y son absolutamente benignos.
 
Siete pasos básicos para realizarte el autoexamen
¿Quieres empezar a conocerte y a cuidar tu piel? Agarra dos espejos, uno de pared y uno de mano, asegúrate de que haya buena luz y de tener a mano un secador de pelo y una silla.
1. Examina tu cara, especialmente la nariz, los labios, la boca (tanto afuera como adentro) y las orejas. 
2. Pasa por tu cabeza un secador de pelo o un peine para analizar el cuero cabelludo. Cuando llegues a la zona de la nuca, utiliza el espejo de mano.
3. Revisa tus manos: palmas, dorso y entre los dedos. 
4. Utilizando un espejo de pared grande, examina los codos, las axilas, los brazos y los antebrazos. 
5. Revisa la zona del pecho, especialmente debajo de los senos.
6. Igual que hiciste con la nuca, agarra el espejo de mano y, de espaldas al grande, revisa la zona de atrás: espalda, hombros, caderas y nalgas.
7. Para terminar, siéntate en la silla y revisa los pies.
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