¡Después no te quejes!

Mar, 03/08/2016 - 22:30
Si te pasas gran parte del día reclamando por todo lo que te sucede, nosotros te enseñamos cómo controlar esta situación.
Si llueve o hace sol, si la gasolina baja su precio, si cerraron una calle o tal vez el hecho que no haya tranque, son algunos de los predicamentos de las personas que se quejan. Es increíble... pero real. Admitámoslo: vivimos quejándonos. Por lo que tenemos. Por lo que nos falta. Por lo que nos toca vivir. Por lo propio y por lo ajeno. ¡Hasta por aquellas decisiones que tomamos!
 
El problema no es la queja en sí, que no deja de ser una mera reacción verbal o emocional producto de un mal momento. Sino cuando el lamento deja de ser una consecuencia natural para pasar a tener una función social. Cuando nuestras preocupaciones empiezan a molestar al que está al lado y la situación se torna fuera de control. 
 
Aceptar la realidad
Por cuestiones biológicas estamos destinadas a querer más, es parte de nuestra naturaleza. Así como dice el refrán: “el pasto siempre es más verde en el jardín del vecino”. Nuestro sistema dopaminérgico, encargado de controlar los impulsos en el cerebro y que regula ciertos tipos de comportamiento, es el responsable de que evaluemos qué hicimos o dejamos de hacer. 
 
Por otra parte, vivimos en una sociedad en la que el progreso infinito es ley, la posibilidad de sentirnos satisfechos pareciera ser esa zanahoria que corremos por alcanzar, y que luego ya no queremos tanto. Seguro que relacionas esto con aquella vez que fuiste de compras y viste ese vestido que te gustó, cuando
te lo pruebas y te miras al espejo te das cuenta de que no te favorece. Sí, nuestro cerebro suele "estafarnos" a veces, haciéndonos desviar nuestra atención hacia lo irreal. Y es cuando empezamos a cuestionar lo que tenemos o no.
 
¿Por qué lo hacemos?
Hay mil y una razones, tal vez podamos escribir un libro entero de ellas, pero te decimos las tres causas más comunes. 
  • Insatisfacción. Tal vez tengas la falsa idea de que tu compañera de trabajo tiene la vida perfecta, pero si te pones a ver detenidamente viven en lugares parecidos, frecuentan los mismos sitios, etc. Entonces, ¿de qué te quejas?  
  • Dolor. Algo nos duele demasiado o nos está haciendo sufrir a tal punto, que es mejor quejarse ante la imposibilidad de transformar el sufrimiento en aprendizaje.
  • Culpa. No olvidas aquella situación del pasado que no te deja seguir con tu vida.
 
¿Cómo dejo de quejarme de todo?
  • Acéptate. Tómate tu tiempo y celebra esos pequeños logros; aunque no lo creas, te ayudarán en tu autoestima. 
  • Identifica situaciones. Medita cuando te estás quejando, si hay algo detrás de eso o si solo lo haces porque estás cansada o de malhumor.
  • Ponle remedio. Una vez sepas qué es lo que te molesta, piensa en aquellas cosas que tú seas capaz de cambiar. 
  • Comparte tu opinión. Habla con personas que no estén en el mismo círculo que tú. Por ejemplo, cuéntale a un amigo "freelance" sobre tu situación laboral; también puedes hablar con una amiga soltera sobre tu matrimonio.

 

La queja más famosa de las mujeres: los hombres
1. Según la psicóloga chilena Pilar Sordo, la sociedad ha hecho a las mujeres más egoístas, haciéndolas pensar que su pareja es la encargada de hacerlas feliz. Y no en lo que pueden hacer para contribuir en la relación. Lo que se traduce en un miedo al compromiso o también a la soledad. 
 
2. A otras mujeres les molesta el hecho de que los hombres son muy directos en el sexo. 
 
3. La falta de vinculación de los hombres durante el proceso del embarazo y el primer año del bebé. El tiempo para compartir con la familia es muy poco, el hombre asume muchos compromisos laborales. La falta de consideración, de detalles y gestos amables después de la convivencia. 
 
4. La evasión en temas de la relación, no enfrentar ni escuchar lo que dice la mujer. Si la relación que mantienes es valiosa para ti, sobrelleva estas diferencias y trata de dar lo mejor de ti para que funcione, valdrá la pena. 
 
5. Escasa memoria: Es hora de que usen su inteligencia para que  se cultiven, para que recuerden los eventos y fechas importantes.
 
  • Compartir: