La diabetes es más que el exceso de azúcar, ¡aprende cómo prevenirla!

Jue, 12/06/2018 - 06:00
Mejorar aspectos en el estilo de vida, como comer saludablemente, hacer ejercicio y dormir adecuadamente, puede reducir hasta un 60% el riesgo de desarrollar esta enfermedad, que afecta a una de cada 11 personas.
Es común que al escuchar la palabra diabetes se nos venga a la mente “azúcar”, pero ¿qué tanto conocemos del tema?
 
La diabetes se define como una enfermedad crónica que se da cuando el páncreas deja de producir suficiente insulina o el cuerpo no la utiliza eficazmente (diabetes tipo 1 y tipo 2, respectivamente), lo que provoca un aumento del azúcar en la sangre o lo que llamamos hiperglucemia.  Es en parte, por esto, que las recomendaciones populares más comunes son dejar de consumir dulces y sus derivados para no producir dicho aumento, y aunque esto es muy lógico, no es lo único que debemos considerar. 
 
La Asociación Americana de Diabetes reconoce como factores de riesgos para desarrollar diabetes tipo 2 (la cual representa aproximadamente el 95% de los casos) los siguientes: obesidad o sobrepeso, historia familiar de diabetes, nivel de actividad física bajo, haber padecido diabetes durante el embarazo, sufrir de hipertensión y de  ovarios poliquísticos, tener los triglicéridos altos, entre otros.
  
Como podemos ver, la enfermedad crónica no se produce por el único hecho de consumir azúcar o productos con la misma, sino por la  relación entre varios factores. 
 
Por otra parte, esta es una afección metabólica  progresiva que puede causar complicaciones mortales  cuando no está bajo control. La diabetes puede provocar daños en muchas partes del cuerpo e incrementar el riesgo de muerte prematura.
El aumento excesivo del azúcar en la sangre daña lentamente los vasos sanguíneos del cuerpo, lo que hace a los diabéticos susceptibles a desarrollar otras enfermedades, como por ejemplo las de tipo cardiovascular y renales. Además, puede causar  la pérdida de la vista,  entre otras consecuencias. 

Tienes el control en tus manos

Mejorar aspectos en el estilo de vida, como comer saludablemente, hacer ejercicio  y dormir adecuadamente, puede reducir hasta un 60% el riesgo de desarrollar esta enfermedad. A continuación te doy algunos consejos:
  • Elige  carnes bajas en grasa, como pollo sin piel, pescado y pavo. Prefiéralas a la plancha y al horno, y evita las frituras.
  • Incluye  de 2 a 3 porciones de frutas frescas diariamente. Es muy importante no excederse en las porciones de estas, tomando en cuenta que una porción es equivalente a 1 taza de fruta picada o 1 unidad mediana.  
  • Una forma de incluir ácidos grasos saludables, los cuales protegen el sistema cardiovascular, es consumiendo frutos secos como nueces, almendras, maní y pepitas de marañón. 
  • Una alimentación rica en vegetales, por lo menos de 2 a 3 porciones diarias,  asegura una ingesta apropiada de antioxidantes, los cuales han demostrado jugar un papel importante en la prevención de las complicaciones de la diabetes.
  • En caso de consumir granos y cereales,  es importante que sean integrales, ya que contienen más fibra, la cual promueve la regulación del nivel de azúcar en la sangre.
  • Evita el consumo de bebidas con azúcares añadidas y postres. Esto ayudará a mantener bajo control los niveles de azúcar en la sangre, el peso corporal y los niveles de grasas sanguíneas. 
  • Opta por preparaciones con aceite de oliva, coco, aguacate u  otras fuentes de grasas saludables como mantequilla de maní o almendras y aguacate fresco, en lugar de grasas de cerdo, mantequilla o aceite de palma.
  • El control del peso corporal es esencial para prevenir la aparición de la diabetes “mellitus” tipo 2,  es por eso que una recomendación casi obligatoria es realizar actividad física. Ser más activo  promueve un mejor funcionamiento y regulación metabólica. Si es complicado asistir a un gimnasio, lograr diez mil pasos al día ayudará. 
Una vez más comprobamos que  apostar a cambios en el estilo de vida resulta ser una de las vías más seguras para evitar el desarrollo y el progreso de enfermedades crónicas, entre ellas la diabetes. Lo más importante es reconocer que el control está en nuestras propias manos.   
 
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