Vejez, cambios y dietas

Mié, 04/06/2016 - 15:18

 

 

A partir de los 65 años se considera que una persona es parte de la tercera edad. Esta etapa en la vida trae consigo cambios que se asocian al envejecimiento. Y, antes de continuar, es importante aclarar que no es una enfermedad. Los especialistas en temas de nutrición explican que después de que se cumplen los 65 años, el consumo energético total disminuye 100 calorías, ya que hay menos masa muscular y poca actividad física.

En lo que a la alimentación se refiere, es importante saber que el sistema digestivo no es el mismo en alguien de 40 años, que en una persona de 75, por ejemplo. Sin embargo, no todas las personas envejecen de la misma manera.

Cambios en la cavidad oral: Los ancianos tienden a tener problemas para masticar, ya que sufren la pérdida de dientes. En este caso se recomienda proporcionarles alimentos como la pasta (variedades de fácil deglución), arroz, lácteos, vegetales cocinados, pescado cocido, carne picada, sopas, cremas. Si hay dificultades para tragar, no se debe servir comidas con dos texturas diferentes, sólida y líquida. Por ejemplo: leche con pan, yogur con trozos de fruta. También es aconsejable espesar los líquidos (gelatinas, harinas).

Adicionalmente, tienden a perder la sensibilidad ante los sabores por parte de las papilas gustativas, es por esto por lo que pueden sentir la comida simple y, si aún cocinan, tienden a salar sus preparaciones de más. Ante esto, lo importante es mantenerse al tanto de la situación, ya que un alto consumo de sodio no es favorable para la salud.

Así también la masa ósea tiende a debilitarse; “la mujer después de los ocho años siguientes del inicio de la menopausia puede llegar a perder hasta el 40% de su masa ósea”, indica el estudio realizado por Danoe. Debido a esto, la importancia del calcio.
 

Incluye lácteos

La Guía de Alimentación de Personas Mayores recomienda: ingerir tres porciones de lácteos al día. La leche, además de calcio, es rica en vitaminas y minerales. Se puede intercambiar por yogur o queso, preferible sin sal. Quienes tengan intolerancia a la lactosa deben consultar con su doctor sobre otras opciones. Adicionalmente, al comprar leche desnatada se debe elegir una que tenga añadida vitamina D. Las vitales proteínasContribuyen a la formación y renovación de los tejidos. A partir de los “70 a 80 años, los hombres y mujeres experimentan una pérdida del 20% al 40% de la fuerza del músculo”, mencionó Nutricia.com. Por tal razón se debe agregar a la dieta proteínas de origen animal y vegetal. El pescado. Se aconseja consumir de tres a cuatro veces por semana. Lo ideal es que se prepare de forma sencilla.

Carne. Dos a tres veces por semana. Es preferible el pollo o el pavo. Se deben evitar los embutidos porque tienden a contener más sal y grasas que las carnes frescas.

Los huevos. Se recomiendan de tres a cuatro unidades por semana. La clara del huevo es muy nutritiva para las personas ancianas. Inclúyela en los purés de verduras o en las tortas con verduras.
 

Para prevenir dolencias

¡Vegetales y frutas! Estos alimentos además de tener fibra, ayudan a bajar el colesterol y prevenir el estreñimiento. Además contienen antioxidantes, lo que permite combatir y prevenir algunas enfermedades. Por tal razón se aconseja dar verduras frescas: comerlas todos los días, mezclarlas en diferentes colores, prepararlas al vapor o crudas (en ensalada). Las frutas: consumirlas dos o tres veces al día. Aportan agua y vitaminas. Estas se pueden servir picadas en el desayuno, preparar jugos o zumos e incluso asarlas.

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