- Sexo y Pareja
Si eres celosa o limitas tu entorno a tu pareja, puede que tengas el perfil de una persona emocionalmente dependiente.

Alrededor del 7% al 10% de las visitas a los psicólogos se debe a que algunas personas necesitan sentirse valoradas constantemente para poder respirar, lo que hace que se conviertan en víctimas de la dependencia emocional. En el tiempo de antes, a este trastorno se le conocía como mal de amores, la supuesta enfermedad acechaba a las jóvenes que se enfermaban por algún tipo de plaga que les chupaba la sangre, parece ser que no era otra cosa que tuberculosis o anemias ferropénicas. Los malos amores, que diríamos ahora, no tienen nada de físico y sí mucho de psicológico. Querer es bueno; querer demasiado, no.
Ana no puede vivir sin un hombre al lado, María necesita la aprobación de su novio para salir y Estela se obsesiona con las salidas de su novio. Estas son algunas de las historias recurrentes en la sala de consulta de Paloma Carrasco, psicóloga en el Hospital Quirón Sagrado Corazón de Sevilla, y que, según explicó, están relacionadas con una baja autoestima y una importante carencia afectiva.
“Todos necesitamos amor, no es que el ser una persona segura y autónoma me haga prescindir de los demás, ni mucho menos”, comentó la psicóloga, quien puntualizó que, de hecho, “solo viviremos plenamente y seremos felices, amando a los demás”. Pero como todo en la vida, hay que tener un balance.
Perfil psicológico
Arun Mansukhani, subdirector del Instituto Andaluz de Sexología y Psicología, explicó algunos de los factores que evidencian si una persona es dependiente emocionalmente.
- Tener un patrón persistente de relaciones interpersonales, adoptando la postura de sumiso o dominante. Por ejemplo, están las típicas parejas que se llevan mal o en la que uno está muy implicado y el otro nada. Se puede considerar que hay un patrón si la persona ha tenido al menos tres relaciones de este tipo.
- Renunciar a tener relaciones interpersonales significativas a través del distanciamiento-aislamiento real. Cada día hay más personas que, después de una serie de relaciones de pareja conflictivas, deciden no tener pareja.
- Sentir de manera frecuente que las relaciones no te gratifican, sino que más bien son fuente de frustración, responsabilidad excesiva o decepción. Mansukhani mencionó algunas frases típicas de este comportamiento: “todo el mundo te falla al final”, “no te puedes fiar ni de tu padre”, “yo en las relaciones pongo mucho más que los demás” o “yo es que soy tonto”. Estas frases hablan de personas que no logran encontrar el equilibrio entre confiar y protegerse, entre responder a las necesidades de los demás o a las propias.
Los celos vs. la dependencia
Según el especialista Arun Mansukhani, “los celos nacen del miedo, a veces casi de la certeza de pérdida”. Se basan en una baja autoestima y la persona se ve como tan poca cosa y enfrenta el miedo de que la otra persona la deje. En otros casos ocurre diferente, los celos se manifiestan cuando la persona es dominante, es decir, debe tener todo bajo su control. “Si tienes una pareja con este tipo de celos, puedes estar seguro, un 80%, diría yo, de que te ha sido infiel”, agregó.
Consejos
- Intenta que la pareja no sea tu única fuente de afecto. Es importante mantener relaciones emocionalmente cercanas con familiares y amigos.
- No caer en situaciones de falta de respeto y, sobre todo, ante la sospecha de que una relación se está volviendo dependiente, buscar ayuda profesional.
- Si una relación empieza a ir mal y, a pesar de los esfuerzos razonables, no mejora, es preferible dejarla ir y guardar el recuerdo de los buenos momentos compartidos.
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