¿Qué tan bien duermen los niños panameños?

Jue, 04/07/2016 - 13:20
Algunas recomendaciones para los padres a la hora de acostar a los niños.

Largas noches de “dormir” con una pequeña rodilla incrustada en las costillas o la pérdida de la intimidad del lecho conyugal son más comunes de lo que muchas parejas quisieran reconocer, sobretodo, cuando los niños dejaron hace mucho tiempo de ser bebés. 

De acuerdo con el estudio “Hábitos de sueño de los bebés panameños durante la noche”, realizado en Panamá por la marca BABY SENS, de la compañía sueca SCA, muchos padres luchan contra la resistencia del niño a acostarse, la dificultad que tiene para conciliar el sueño o para dormir sin despertarse a mitad de la noche. 

La importancia del sueño no termina cuando el bebé crece y deja la cuna; es vital también para los niños en edad escolar. Una buena noche de descanso los prepara para el día, los ayuda a lidiar con el estrés social y el ajetreo de la escuela y, también, les facilita aprender.  

“Los hábitos de sueño se enseñan y se aprenden en el rango de 0 a 11 meses de edad, después de ese período es muy difícil cambiar el comportamiento adquirido”, reveló el estudio. 

La encuesta abarcó a madres en edades de 18 a 35 años de edad, en la ciudad de Panamá, en mayo del 2015. También, la investigación incluyó entrevistas a profundidad con pediatras locales. 

Especialistas de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario de La Ribera, estiman que 3 de cada 10 niños sufren de insomnio infantil debido a los malos hábitos que han adquirido. Los expertos alertan sobre la importancia de tratar este problema en la infancia ya que, en caso contrario, es probable que estas complicaciones persistan siendo ya adultos.

Tome en cuenta las siguientes recomendaciones:

- 1. El sueño es un hábito que requiere un aprendizaje y el respeto de un horario, así como unas condiciones favorables de temperatura, silencio y luz.

- 2. Desde que es muy pequeño es importante enseñar al niño a dormirse solo, no en brazos ni en el sofá o en la cama de los padres, aunque luego sea trasladado a la suya. Se le puede ayudar con la lectura de un cuento y dejándole una luz tenue.

- 3. No es conveniente acostarse en la cama del niño hasta que se duerma. Con esta actitud se merma el desarrollo de su autonomía. Los fines de semana se le puede permitir que vaya un ratito por la mañana a la cama de los padres.

- 4. Es importante respetar un ritual al acostarse e inculcarle que hay que ir a dormir porque todos necesitamos descansar.

- 5. Si el niño se despierta a medianoche asustado e inquieto, es necesario tranquilizarle, mimarle un poquito, pero sin dar demasiadas explicaciones y mostrando firmeza para que continúe durmiendo solo.

- 6. No es recomendable permitir que a media noche se vaya a la cama de los padres, abuelos, hermanos u otros. En algunas familias se produce tal trasiego, que ninguno de los miembros amanece en su cama.

- 7. Es importante enseñarle a no molestar a los demás cuando él madruga demasiado. Conviene no ponerle la televisión y ayudarle con suavidad y firmeza a volverse a dormir.

- 8. No hay que premiar al niño por dormir bien, sino enseñarle que eso es lo normal. Es aconsejable reducir el exceso de gratificaciones a los que se acostumbra ahora a los niños cuando cumplen con su deber.

- 9. El padre y la madre tienen que compartir los mismos criterios y la misma autoridad ante la hora de ir a acostarse y respetar las normas del sueño.

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