Peligrosos trastornos alimenticios

Mié, 02/24/2016 - 22:10
Cuando las personas se obsesionan con su apariencia física, la comida puede convertirse en el enemigo por excelencia.

La presión del mundo de la moda y de algunos entornos sociales son los principales promotores de trastornos alimenticios en el mundo. La falta de seguridad motivada por los estilos de vida y modelos estéticos inalcanzables se convierten en los cimientos de futuros problemas de salud. Las psicopatologías alimentarias son una serie de enfermedades relacionadas con graves anomalías en la ingesta de alimentos. La comida se convierte en el eje sobre el cual gira la vida y el mundo de la persona que padece el desorden. Más allá de los síntomas que encierra cada una de estas enfermedades, están acompañadas por cambios conductuales: aislamiento, cansancio, sueño, irritabilidad, agresión, culpa y depresión, registrándose un drástico cambio en la identidad del paciente. Estas conductas se pueden revertir con la ayuda adecuada, pero están sujetas a los factores internos y externos de la persona, como la autoestima, frustración o la constante comparación con alguien. Independientemente de su origen, los expertos han catalogado cuatro factores que causan estas psicopatías: biológicos, psicológicos, familiares y sociales. Los biológicos tratan con la naturaleza de la persona, es decir, componentes químicos que predisponen al cerebro a la ansiedad y a un comportamiento compulsivo y exageradamente perfeccionista. Los psicológicos se refieren a que la mente juega un papel importante en la apariencia y percepción física de quienes las sufren, ya que esta se vuelve el centro de sus vidas, perdiendo la perspectiva de la realidad. Los familiares involucran elementos hereditarios y ambientales, desempeñan una función importante en la provocación y perpetuación en los disturbios al comer; un estudio demostró que el 40% de las niñas entre nueve y diez años buscan perder peso, generalmente por recomendación de las madres. Por último, los factores sociales incluyen el entorno inmediato de una persona y su referentes tomados de los medios de comunicación, que refuerzan el concepto de que la belleza física está directamente relacionada con el éxito. La presión en torno al adelgazamiento juega un papel decisivo en la aparición de estas patologías.

Entre los desordenes que más personas afectan a nivel global están los siguientes:
  • La bulimia es una enfermedad psiquiátrica, etimológicamente significa “hambre voraz”. Un deseo constante de comer se apodera de la persona haciéndola consumir alimentos con alto contenido calórico. La alarma de esta enfermedad es el uso excesivo de métodos purgativos para controlar el peso, como laxantes, diuréticos o enemas, y provocarse el vómito. Entre los síntomas que pueden indicar esta patología están: la dificultad de reconocer el hambre y la saciedad (pérdida de autodominio), atracones a escondidas o en secreto, y evitar situaciones donde la comida se es parte de la festividad.
  • La anorexia es parecida a la bulimia, se caracteriza por una extrema aversión a la comida y un intenso miedo a engordar, así como por el deseo constante de adelgazar a pesar de estar por debajo de los límites adecuados de peso. Este se pierde por ayunos o reducción extremada de la comida, pero casi el 50% de las personas que lo padece usa también el vómito autoinducido, uso de laxantes y ejercicio extenuante para perder peso. Situaciones en que se puede notar: cuando la persona cuando tiene el plato enfrente suele jugar con la comida, si toma un bocado seguidamente va al baño. Miente sobre haber comido para evitar cenar, desecha la comida o la esconde en los bolsillos. Toma café o fuma para satisfacer la sensación de hambre. 
  • La megarexia otro trastorno parecido a los anteriores, ya que el sujeto tiene una distorsión de su imagen. Afecta a personas obesas que no admiten que tienen un problema de salud y no ven los cambios de peso en su cuerpo. El doctor español, Jaime Burgos, fue quien le adjudicó este nombre, y ha mencionado que la realidad de estas personas radica en un problema psicológico que tiene como consecuencia el aumento de peso. 

 

Las personas que cuidan su cuerpo tampoco se escapan de llegar a padecer estas enfermedades, cuando se obsesionan con el físico pueden llegar a tener vigorexia y ortorexia. Vigorexia es un trastorno mental distinto de la mayoría de los conocidos, pues no es estrictamente alimentario, pero se considera una psicopatología alimenticia porque comparte la preocupación obsesiva por la figura, haciendo que el individuo se vuelva adicto a hacer ejercicios. La dieta de ellos suele ser poco equilibrada y a base de proteínas, son candidatos perfectos a tener problemas metabólicos. En el peor de los casos, estas personas utilizan drogas como esteroides y anabólicos para la aparición rápida de masa muscular. Ortorexia, es la obsesión patológica por comer saludablemente, cuentan desmesuradamente las calorías, leen las etiquetas y compuestos, tienden a escoger versiones “lights”, eliminan de su dieta las grasas, persevantes y productos animales. Por irse al extremo de lo beneficioso llegan a tener carencias nutricionales provocando la desnutrición y hasta la muerte. La Organización Mundial de la Salud (OMS) atribuye que el 28% de la población de países occidentales, principalmente mujeres y adolescentes, sufre hoy en día de este control exhaustivo a la hora de comer. 

Las irregularidades en la ingesta de alimentos no son cuestión de peso solamente, sino de alteraciones psicológicas y hábitos que destruyen gradualmente la salud, y si con el tiempo adecuado no se busca ayuda, se tendrán efectos irreversibles. Afortunadamente, los trastornos alimentarios pueden tratarse. Las personas que los padecen pueden mejorar y gradualmente aprender a comer normalmente. Es vital que psiquiatras y nutricionistas participen del tratamiento y recuperación.

 

¿PROMOCIÓN O AYUDA?
En Internet se encuentra un sinnúmero de información sobre este tema, pero también sitios que la apoyan, como los denominados “Pro Ana” y “Pro Mia”, que le dan al enfermo técnicas para ocultar los síntomas o señales físicas. Por otra parte, existen páginas de apoyo con especialistas que asesoran al paciente para vencer la enfermedad: bodypositive.com y facetheissue.com.
 
 
Crónica de una muerte anunciada
Isabelle Caro, modelo y actriz francesa que se convirtió en el rostro de la anorexia, cuando permitió posar desnuda para una campaña publicitaria italiana para crear conciencia sobre la enfermedad, también en el 2008 escribió una autobiografía; murió el 17 de noviembre del 2010. Tenía 28 años y la causa de su muerte fue la deshidratación y problemas pulmonares. Esta enfermedad no solo afecta a las personas sino a los que les rodean, la madre de Isabelle se suicidó un año después de su muerte.
 
 
DETECTAR CONDUCTAS
Para tener un diagnostico exacto se debe recurrir a un médico. Hay signos que denotan el padecimiento alimenticio: alteración del esquema corporal (dismorfofobia), desagrado ante el propio cuerpo, aumento de la percepción de defectos físicos como la celulitis, empleo de "hierbas adelgazantes" o píldoras de dieta, alteración del sueño, constante sensación de frío, cambios rápidos de carácter y humor, anemia debido a la falta de hierro y proteínas. Y en las mujeres, irregularidades en los periodos menstruales.

 

  • Compartir: