Todo sobre la mutilación femenina

Vie, 03/04/2016 - 18:45

Hace dos años se celebró en la sede central de la ONU, en Nueva York, el lanzamiento de la campaña “HeForShe” (Él por Ella). Allí estaba la joven actriz de Harry Potter, nerviosa, a punto de dar su primer discurso como embajadora de  Buena Voluntad de la organización internacional. Emma Watson, sin embargo, pudo definir el feminismo de una manera práctica y sincera: “He descubierto que mientras más hablo del feminismo, más caigo en cuenta de que luchar por los derechos de las mujeres es para muchos sinónimo de odiar a los hombres. Y si de algo estoy segura es de que esto tiene que terminar. El feminismo, por definición, es creer que tanto hombres como mujeres deben tener iguales derechos y oportunidades. Es la teoría política, económica y social de la igualdad de sexos”. Ban Ki-Moon, el secretario general de la ONU también se encontraba en el lanzamiento de la campaña. En su discurso mencionó: “Estamos en una situación de crisis. En muchos lugares del mundo, las mujeres y las niñas sufren abusos de sus derechos humanos. Tenemos que cambiar esto”. Y, precisamente la semana pasada, el secretario sacó a relucir un tema que se había mantenido en bajo perfil.  “La mutilación de niñas y mujeres debe terminar en esta generación, nuestra generación”, afirmó. “No hay ninguna razón religiosa, de desarrollo o de salud que justifique mutilar a una niña o a una mujer”, agregó el jerarca tailandés. Además de traer el tema nuevamente a la superficie, Ban Ki-Moon hizo un llamado de atención: “reconocer el rol de los medios en todo el mundo a la hora de levantar las voces contra la mutilación genital femenina”.  

La MGF

Según la Organización Mundial de la Salud, “la mutilación genital femenina comprende todos los procedimientos que implican la resección parcial o total de los genitales externos femeninos u otras lesiones de los órganos genitales femeninos por razones no médicas”. Existen tres tipos de mutilación: la clitoridectomía que es la extirpación parcial o total del clítoris, la escisión es la mutilación  total o parcial del clítoris y los labios menores. La más agresiva es la infibulación donde se extirpa todo y luego existe un cosido hasta que la vagina queda prácticamente cerrada, solo quedan aberturas para el orine y el sangrado menstrual.  

Actualmente esta práctica es común en 29 países, la mayoría africanos y árabes. Los datos de  Unicef muestran que en algunos, particularmente –Somalia, Guinea, Egipto y Yibuti- la ablación genital alcanza a 9 de cada 10 mujeres de entre 15 y 49 años. Y según los pronósticos, para el 2030, si las cifras siguen iguales, alrededor de 86 millones de niñas en todo el mundo serán mutiladas antes de llegar a la adolescencia.

La  mutilación genital femenina está reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las niñas y las mujeres que refleja una desigualdad entre los sexos muy arraigada. Como la mutilación genital femenina casi siempre se practica en menores, constituye también una violación de los derechos de las niñas.

Causantes

La práctica de la MGF está relacionada con factores culturales, religiosos y sociales:

Cuando es una convención social, se practica por la presión social de adaptarse a lo que todo el mundo hace y a las tradiciones antiguas. 

En los países árabes se considera a menudo parte necesaria de la buena crianza de una niña. 

Por lo general, esta práctica está asociada a lo que consideran un  comportamiento sexual adecuado, relacionándose los procedimientos con la virginidad prematrimonial y la fidelidad matrimonial. En muchos países creen que el procedimiento reduce la libido femenina y ayuda a la mujer a resistirse a los actos sexuales “ilícitos”.

Aunque no existen escritos religiosos que hablen de esta práctica, quienes la llevan a cabo piensan que tienen un respaldo religioso.

La práctica está en asociación con ideas de limpieza (higiénica, estética y moral), incluida la creencia de que si no se efectuara la ablación, el clítoris crecería en exceso. 

En algunas sociedades, la adopción reciente de esta práctica está relacionada con la imitación de las tradiciones de grupos vecinos. El mejor ejemplo fue la orden del  Estado Islámico en junio de este año,  el líder Abu Bakr al Bagdadi ordenó que todas las niñas y mujeres entre 11 y 46 años de Mosul, la segunda ciudad de Irak, sean sometidas a la mutilación genital femenina. El Fondo de Población de la ONU calculó que la medida podría afectar a unos 4 millones de mujeres y menores de edad. Hasta ahora, la práctica era poco común en Irak. 

Las consecuencias

Está comprobado que, a diferencia de lo que creen muchos países que practican la MGF, esta no trae ningún beneficio para la salud, sino todo lo contrario. Para empezar, el mismo procedimiento tiene complicaciones como: dolor intenso, hemorragia, septicemia, dificultades para orinar, infecciones y la fusión de los labios vulvares. La práctica de cualquier tipo de mutilación femenina puede acarrear la muerte de la niña por colapso hemorrágico o por colapso neurogénico debido al intenso dolor y el traumatismo. Según la OMS, los problemas sexuales son también más comunes en las mujeres sometidas a mutilación genital: hay una probabilidad 1.5 veces mayor de que sufran dolor durante las relaciones sexuales y experimenten una satisfacción sexual considerablemente menor y es dos veces más probable que informen falta de deseo sexual.  

 La OMS realizó un estudio con más de 28,000 embarazadas en  seis países africanos. Las mujeres que habían sufrido una mutilación genital corrían un riesgo considerablemente mayor de tener complicaciones en el parto, necesitar una cesárea o padecer una hemorragia posparto, en comparación con las mujeres no sometidas a mutilación genital.

Los efectos psicológicos de este procedimiento son innumerables. Puede producir: enfermedades psicosomáticas, depresión, ansiedad, taquicardia, etc. Otro fenómeno que puede traer es el síndrome “Genitally focused anxiety-depression”. Este síndrome provoca una preocupación excesiva sobre el estado de los genitales, otro síntoma característico es el pánico a la infertilidad.  

El trabajo en pro de su desaprobación

La ONU, OMS, y la Unicef trabajan este flagelo a través de varios programas. Uno de ellos “Ablación genital femenina: Acelerando el cambio”. En el 2010, además, se presentó una estrategia mundial llamada “Global strategy to stop health care providers from performing female genital mutilation”.

En la última década se ha evidenciado lo siguiente:

Gran reducción de la prevalencia en las generaciones más jóvenes (de 15 a 19 años de edad). 

Investigaciones en Kenya han revelado que la educación secundaria va asociada a un incremento cuatro veces mayor de la desaprobación de la mutilación genital femenina. 

Se han promulgado  leyes nuevas contra dicha práctica en diversos países dentro y fuera de África.

Para el 2011, la tasa de prevalencia había caído de un 80% a un 74%, en Kenia del 32% al 27%, y en Egipto del 97% al 91%. 

“En tres años de desarrollo de este programa, más de 6,000 comunidades de Etiopía, Egipto, Kenia, Senegal, Burkina Faso, Gambia, Guinea y Somalia ya han abandonado la mutilación genital femenina”, según informe de la  UNFPA. 

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