Workaholics, vivir para trabajar

Mié, 03/09/2016 - 19:41
¿Dedicación o adicción? Descubre cuál es la delgada línea que las separa para que no se convierta en un problema.
El nivel de superación y motivación de las personas influye muchas veces en su puesto de trabajo. Ya sea que la posición sea consecuencia de méritos dentro de la empresa o si se trata de una actividad que les apasiona. 
 
Para algunas personas esta dedicación va más allá, al punto de transformarse en una adicción. Conocidos como “workaholics” —término popularizado por Wayne Oates en su libro “Confessions of a Workaholic”— son personas que centran su vida alrededor de la actividad laboral; tienden a ser obsesivos, perfeccionistas y exigentes en lo que  hacen, también dedican más tiempo que sus compañeros, por iniciativa propia, a sus asignaciones. Hay algunas situaciones que son señales de alerta, que avisan cuando la persona está cayendo en la adicción: olvidar una fecha especial, no tener amigos sino colegas; con la pareja, el sexo pasa a segundo plano y no resuelven sus problemas por falta de tiempo; en salud, no practican deportes y tienen un pésima alimentación, ya que comen comidas rápidas o no hacen la digestión correctamente.
 
Expertos de la Universidad Jaume I (España) y Utrecht (Holanda) se unieron para analizar el impacto de este trastorno, centrados en dos premisas que componen este fenómeno: trabajo excesivo y compulsivo. Sus resultados publicados en la revista “Psicothem a” arrojaron que el 59% de los adictos son mujeres; ya que por naturaleza solemos ser más dedicadas que los hombres. El análisis incluyó un cuestionario a través de Internet y una entrevista para averiguar más de las rutinas laborales. Algunos expertos opinan que esta adicción podría llegar a ser positiva, ya que el rendimiento laboral aumentaría. De acuerdo con la psicóloga Myriam Serracín, de la Clínica Tierra Firme en Royal Center, no todos los casos son iguales, pero en su mayoría estas personas muestran signos de carencia temprana en el desarrollo, además son vulnerables en la construcción de su propio yo y son sujetos incompletos, anhelantes en busca de la completitud. “Para ellos su droga sería el trabajo, ocupa el sentimiento de vacío”, mencionó Serracín. También afirmó que algunos teóricos hablan de una estructura de personalidad adictiva, una situación mucho más compleja, ya que estas personas tienen una fantasía de incondicionalidad y no se pueden despegar por ellos mismo del problema. Algunas de las razones que pueden provocar este síndrome son: ambición por el dinero o reconocimiento, incapacidad de delegar funciones o no saber decir no a sus jefes, falta de organización o problemas familiares que pospongan la llegada a su hogar.
 
Existen algunos trabajos que exigen más o son puestos estresantes, pero en sí no son los causantes de la adicción, sino que son las personas quienes escogen hacerse adictas. De igual forma sucede con otras adicciones, como los juegos de azar, estupefacientes, alcohol y comida. El lado peligroso de este trastorno radica en las consecuencias perjudiciales sobre el bienestar psico-social. Cuanto más intensa es la obsesión, menor es el nivel de felicidad, lo que hace que empeore la salud. En el peor de los casos las personas pueden perder la perspectiva y noción del tiempo y de lo que está pasando a su alrededor. 
 
La salud física y mental se deteriora cada vez y el organismo cobra una factura cara. Se manifiestan enfermedades que afectan a los sistemas y órganos donde el estrés, el miedo y la angustia hacen estragos: el estómago, el corazón y la piel. Es una realidad que la persona se pueda ver afectada por gastritis, úlcera, infarto, hipertensión arterial o dermatitis nerviosa, padecimientos que provocan otras tantas dolencias en forma de dolores de cabeza, cegueras pasajeras, parálisis y ardor en la piel, entre otros. También por este extenuante trastorno, se deriva el Síndrome de Burnout que es un padecimiento que consiste en la exposición de prolongadas horas de estrés al organismo. No está reconocido como una enfermedad, ya que los científicos la atribuyen a “gajes del oficio” aunque en Europa las personas que presentan los síntomas los diagnostican con el término psiquiátrico Neurastenia. Los indicios más comunes son: mareos, cefaleas, insomnio, incapacidad de relajarse, irritabilidad y dispepsia. Son innumerables las consecuencias que ocasiona en la salud, pero más graves los problemas que causa con la familia o amigos. Llegando a afectar las relaciones conyugales, inclusive generando el divorcio. 
 
Los especialistas sugieren distintas maneras para no volverse un “workaholic”. Primero debes tener en mente que si quieres ser un colaborador imprescindible para tu empresa, debes estar en óptimas condiciones. La Dra. Rachel Yehuda, directora de la división de estudios del estrés post-traumático de Mount Sinaí School of Medicine, afirmó que: “hay que enseñarle al cuerpo que quién manda es la mente y quién controla la mente es uno mismo”. De esta forma, aunque se torne difícil, se puede enfrentar. 
Descubrir una rutina de relajación propia, aunque se tenga poco tiempo, es esencial, así como variarla: un día salir con compañeros y almorzar afuera, o en los días de descanso despegarse de los dispositivos electrónicos, así se evitará estar al pendiente del trabajo tan constantemente. 
 
También eliminar el trabajo en las conversaciones con personas queridas, ellos querrán saber de tu vida y no de tus problemas del trabajo, el tema no debe volverse el centro de atención de la conversación. El trabajo es la actividad a la que dedicamos la mayoría de horas del día, pero debemos recordar que es solo una faceta más de nuestra vida. No dejes que tu trabajo la consuma, recuerda que es importante llevar una buena calidad de vida. Si tienes problemas con el estrés laboral consulta con un especialista para que te indique cómo balancear la situación. 
 
Apoyo: Workaholics Anonymous
Al igual que con otros desordenes, los adictos al trabajo cuentan con una comunidad informal en donde los afectados comparten sus experiencias, y encuentran fortaleza y esperanza mutuamente para resolver problemas como para ayudar a nuevos miembros a superarlos. El único requisito para entrar es el deseo de dejar de trabajar  compulsivamente, lo que logran a través de la técnica de los 12 pasos. No existen cuotas ni honorarios para pertenecer a Workaholics Anonymous, se mantienen bajo sus propias contribuciones.
 
KAROSHI: MUERTE Y TRABAJO
“Karoshi ” es el término en Japón para “workaholics ”. El país nipón fue el primero en reportar muertes a causa del trastorno. Se creó la asociación “Consejo Nacional de Defensa de las Víctimas del Karoshi” que ayuda a familias de víctimas a sufragar gastos. En el 2000 su primer ministro, Keizo Obuchi muere de un ataque cerebrovascular por su exagerado ritmo laboral.
 
¿SOY UN WORKAHOLIC?
Signos que indican esta adicción: pensar que no hay tiempo para hacer las asignaciones; trabajar más de las ocho horas (innecesariamente); sentirse culpable si no puede realizar el trabajo o cuando hay algo que impida hacerlo; no tener una relajación total en los días libre y tener siempre en mente los asuntos laborales, las horas se vuelven un obstáculo para no completar las  tareas; no tener motivación y hacer las cosas forzadas. Si tienes todos estos síntomas deberías consultar con un especialista en psicología o salud laboral.
 
Recomendaciones
La psicóloga Miriam Serracín nos da algunos consejos para que este padecimiento no afecte la vida familiar. Primero trata de respetar los tiempos libres que tienes, dedícalos a tu familia, actividades o tu persona. Si sientes que te cuesta despegar tu mente de las situaciones laborales, acude a un especialista que te ayude a equilibrar esta situación.
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