Glaucoma: Mejor prevenir, porque no se puede curar

Vie, 03/12/2021 - 14:40
Esta enfermedad afecta a 80 millones de personas en el mundo y es la principal causa de ceguera irreversible; además, la mitad de los afectados no saben que la padecen.

El glaucoma es considerado como una de las principales razones de ceguera en el mundo y la primera irreversible. Sin embargo, el 95 % de los casos de ceguera se pueden evitar. Por ello y en conmemoración por el Día Mundial de Glaucoma, 12 de marzo, los expertos insisten en que las revisiones y el tratamiento son pilares básicos para evitar la progresión de la patología.

 

El glaucoma es una enfermedad crónica que causa daño progresivo e irreversible en el nervio óptico, unido a una pérdida visual irrecuperable. Provoca pérdida de la visión del afectado y lo hace empezando “normalmente” por la periferia del campo visual.

 

Según los profesionales del grupo Miranza, afecta a 80 millones de personas en el mundo y es la principal causa de ceguera irreversible; además, la mitad de los afectados no saben que la padecen.

 

En el Día Mundial del Glaucoma, diversos expertos lanzan un mismo mensaje: hay que cumplir estrictamente con el tratamiento prescrito y con las pautas de seguimiento, pues es fundamental para detener la progresión de una enfermedad que todavía no tiene cura.

 

Leer más:  Consejos infalibles para prevenir el mal aliento

 

Tratar para frenar, no para curar

Aunque los oftalmólogos insistan en que debe haber una correcta adherencia al tratamiento del glaucoma, todavía existen pacientes que creen que no tomar la medicación recetada no conlleva ningún riesgo.

 

Muchos pacientes con glaucoma deciden dejar la medicación, pues no ven una mejoría en su visión. Sin embargo, los expertos inciden en que esta enfermedad no tiene cura, pero sí se puede frenar su progresión mediante el tratamiento y preservar la visión útil que le quede al afectado.

 

 

Más propensos a padecerlo

La enfermedad guarda una estrecha relación con el envejecimiento (la prevalencia a partir de los 40 años es del 2 % y de un 4 % a los 70).

 

Además, también influyen factores genéticos y ambientales, donde el único agente de riesgo modificable es la presión intraocular, detallan.

 

Leer más:  ¿Por qué tratar la obesidad con un tratamiento multidisciplinario?

 

Aquellas personas medicadas con corticoides o que hayan sufrido un golpe o traumatismo en el ojo también son más propensas a sufrir esta “enfermedad silenciosa” junto con los diabéticos.

 

En este último caso, se debe al aumento de los niveles de glucosa en sangre, que puede provocar graves daños en la retina, según comentan los profesionales del Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO).

 

  • Compartir: