Miedo y desconocimiento reinan sobre síndromes demenciales en adultos mayores

Vie, 03/26/2021 - 17:08
Se estima que unas 50 millones de personas padecen de demencia en el mundo. (Imagen ilustrativa: Freepik)

Se estima que unas 50 millones de personas padecen de demencia en el mundo. (Imagen ilustrativa: Freepik)

Cuando un familiar, sobre todo, si es adulto mayor, es diagnosticado con alzheimer o algún otro tipo de enfermedad demencial, el miedo se apodera del resto de los integrantes de la familia, al no saber cómo actuar, cómo tratar a ese ser querido que no es consciente de su realidad mental.

 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la población adulta mayor ha aumentado en América Latina y el Caribe y con esto, se han incrementado los trastornos mentales asociados a la etapa adulta mayor como la depresión, la demencia, los cuadros delirantes y el abuso.

 

La médico psiquiatra Vanessa Flores, quien labora en la Caja de Seguro Social (CSS) menciona que 30% de los mayores de 65 años padecen depresión, así como un incremento de patologías mentales, sobre todo en este tiempo de pandemia de depresión y deterioros cognitivos como la demencia. De  hecho, la demencia es una prioridad de salud pública, dijo.

 

En los adultos mayores también se presenta el riesgo de consumos de sustancias y consecuencias secundarias al consumo, principalmente de alcohol y tabaco. “Hay que prestar atención a los intentos de suicidio, pues el riesgo que presenta este grupo de edad es relevante y va asociado no solamente con depresión, sino con otras enfermedades mentales”.

 

En muchos casos se dan abusos a los adultos mayores por parte de sus familiares, sobre todo, cuando empiezan a padecer los cuadros demenciales, depresión, aislamiento...se olvidan de las cosas y los familiares comienzan a discutir o a pelear, al punto del abuso psicológico y físico. Detalla Flores que en las etapas iniciales de la demencia (puede darse hasta dos años antes de la enfermedad) la persona puede empezar con cuadros depresivos y muchas veces el tratamiento ayuda, pero en el transcurso del tiempo pueden desarrollarse otros síntomas como el deterioro cognitivo (problemas de memoria, juicio o lenguaje).

 

Cuando la persona llega a consulta generalmente es porque ya tiene síntomas muy relevantes, “no llegan a atenderse a salud mental hasta que ya están en lo último de lo último, pocas veces llegan a manera de prevención, de tratar cosas puntuales o hacer psicoterapia a tiempo para que no se compliquen los cuadros mentales”.

 

Alzheimer, demencia más común

Se estima que unas 50 millones de personas padecen de demencia en el mundo de acuerdo a la OMS cada año se registran 10 millones de casos nuevos. En Panamá, hasta 2019 unas 40 mil personas tenían esta condición.

 

Estadísticas proporcionadas por la Dirección de Planificación de Salud (Departamento de Registros y Estadísticas de Salud) del Ministerio de Salud dan cuenta que en 2019 fueron atendidas en la consulta externa de sus instalaciones 159 personas (64 hombres y 95 mujeres) con casos de alzheimer. La mayoría de estos (75) son de la provincia de Los Santos. En cuanto a las causas de alzheimer, según el documento, son “no especificadas”, pero otras son de comienzo temprano y de otros tipos de alzheimer.

 

El alzheimer es la enfermedad demencial más común y en promedio, una persona con alzheimer vive entre cuatro y ocho años después del diagnóstico, pero hay quienes pueden vivir hasta 20 años, todo depende de cada persona, de cada cerebro y cómo evolucione la enfermedad, indica Flores.

 

Existen tres etapas en la enfermedad: la etapa leve o temprana en donde la persona puede desenvolverse de forma independiente y hacer ciertas actividades o rutinas diarias, pero presentar problemas para encontrar palabras, dificultad para recordar nombres o nuevas personas, olvidar cosas recientes de forma leve o dificultad para hacer algunas tareas sociales y laborales.

 

La etapa media o alzheimer moderado es la etapa más prolongada, aduce Flores que pueden haber síntomas como olvidarse de eventos o de la historia personal, sentirse malhumorados, querer aislarse, principalmente en cosas que son muy exigente o situaciones sociales que pueden generar grados de ansiedad. Es en esta etapa donde se dan los riesgos de perderse, comienzan los cambios de personalidad o comportamientos como los cuadros delirantes e incluso alucinatorios, suelen ser más repetitivos y la persona necesita de más ayuda, por ejemplo, para ir al baño o para elegir la ropa adecuada.

 

En la etapa final o alzheimer grave, la persona empieza a perder esa capacidad de responder ante ciertos estímulos en su entorno. Se le dificulta decir algunas frases, encontrar esas habilidades cognitivas y de memoria que han ido empeorando cada día más, al igual que los problemas significativos de personalidad. El paciente necesita asistencia en todo momento para sus actividades diarias y de cuidado personal, porque pierden la noción de experiencias recientes o hechos que le rodean, así como tienen más dificultad para comunicarse, para hablar, sentarse y se vuelven más vulnerables a las infecciones, lo que los lleva al final al deceso.  

 

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Poco se habla del tema

Ingrid Wellington es presidenta de la Asociación de Apoyo a los Familiares de Pacientes con Alzheimer y Otras Enfermedades Demenciales (Afapadea) y lamentó que poco se hable del tema, debido a la desinformación y al estigma que se le tiene a las enfermedades mentales.

 

Reconoce que el aislamiento social a consecuencia de la pandemia por coronavirus ha ocasionado que muchas personas empiecen a tener síntomas, pero no necesariamente es una demencia.

 

Ella pertenece al movimiento internacional Dementia Friends, que “viene a decirle al mundo que nosotros podemos prevenir la demencia, basta que conozcamos cuáles son esos factores de riesgo, pero más allá que existen factores de protección. Basta que la comunidad se prepare y sea amiga de la demencia para que podamos tratar a la persona, porque no estamos viendo a la persona, tenemos que humanizar y no solo pensar que la enfermedad es mala y que la persona tiene demencia senil porque tiene 90 años, eso no es así”.

 

Y es que, Wellington recordó que la demencia le puede dar incluso a personas de 40 años, por lo que nada tiene que ver con la edad, pues también hay personas con 102 años que cognitivamente están bien.

 

Recientemente se realizó el taller “La Persona es más que la Demencia”, por el Ministerio de Desarrollo Social mediante la Coordinación de Adulto Mayor y Afapadea, en el que 50 administradores y profesionales de la salud se actualizaron en las atenciones y cuidado que requieren quienes sufren estas dolencias.

 

Y es que, tal como afirmó Irasema Rosas de Ahumada, coordinadora Nacional de Adulto Mayor, “es necesario que el personal que trabaja en las Casas Hogares estén actualizados en las últimas herramientas y metodología de atenciones”.

 

Encuesta mundial sobre alzheimer

Adujo Wellington que este año se espera mayor apoyo y alianzas entre el gobierno local, empresas privadas y demás para que se sumen en la búsqueda de personas que tienen esas enfermedades y cuyos familiares no saben el diagnóstico, o qué hacer y a dónde ir a buscar apoyo temprano.

 

De hecho, actualmente el organismo Alzheimer´s Disease International (ADI) está realizando el informe mundial sobre el Alzheimer 2021 que se publicará en septiembre de este año y busca como primera tarea realizar una encuesta a neurólogos, geriatras, gerontólogos, psiquiatras y otros profesionales que trabajan en clínicas de memoria y centros sanitarios a nivel mundial, que estén implicados en el proceso de diagnóstico de la enfermedad de alzheimer y otras demencias. Dicha encuesta está disponible en inglés, francés, español y portugués, la persona solo debe escoger el idioma que desea en la parte superior del formulario.

 

Población está envejeciendo

Según Flores, hay que tomar en consideración que la población mundial está envejeciendo a pasos agigantados y entre el 2000 y el 2050 la población mayor de 65 años del planeta se duplicará del 11% al 22%, o sea de 605 millones a 2 mil millones en el transcurso de medio siglo.

 

En el caso de Panamá, el 7% de los habitantes del país son mayores de 65 años, de acuerdo al último censo de población y vivienda realizado en el istmo. Se estima que esta población aumentará en un 18% para el año 2050, por lo que es importante tomar en cuenta a esta población en el mundo y por ende en Panamá también, afirma la especialista.

 

Recomendaciones

La psiquiatra recomienda a los familiares de un adulto mayor con problemas demenciales como el alzheimer, permanecer en calma, comprender su situación, ser empático con ellos y entender que esta persona no desea tener ese comportamiento y esas conductas, sino que es por su enfermedad. “Esta parte cuesta mucho comprender al familiar, porque él también está pasando por un duelo y es una sobrecarga y está expuesto al síndrome del cuidador que es muy desgastante”. Recordó que hay que ayudar al paciente a vestirse o asearse, depende de la etapa en la que se encuentre.

 

Es importante también conversar con la persona, “no es que porque ya tiene una enfermedad no hablo con esa persona, porque no recordará lo que hablemos”, sino que hay que sentarse a hablar, a comunicarse, a recordar ciertas cosas y tener esa conexión con el familiar, pues esto ayuda mucho en la evolución de la enfermedad. Además de ayudar en cuanto a si necesita algún tipo de tratamiento para manejar la conducta o los trastornos del sueño que experimentan estas personas con demencia y tratar de estimularlos en actividades tanto físicas como de memoria en donde la persona pueda disfrutar de esos momentos.

 

Flores recalca que hay que concienciar al familiar para que acompañe al adulto mayor a sus citas de control, que aprendan a reconocer las primeras señales y que no las normalicen. “Es cierto que por la edad hay síntomas que son normales con el tema de la memoria, sin embargo, cuando se hace más notorio o muestran síntomas más agudos no hay que taparse los ojos y negarse a verlo. No deje pasar por alto esos síntomas de su familiar, pues pierde tiempo que pudiera ser de prevención y utilizar medicamentos a más temprana evolución de la enfermedad, tomando precauciones a tiempo”.

 

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