Por qué muchos hombres van a prostíbulos

Mar, 09/29/2020 - 11:18
En algunos casos no es que la novia o la esposa no quiera complacerlos o no acceda a sus deseos, sino que ellos mismos no aceptan que sean sus parejas quienes hagan estas actividades sexuales.

Aunque por motivos de pandemia, los prostíbulos están cerrados, una pregunta que muchas mujeres se hacen es ¿por qué un hombre va a un prostíbulo?  Y sí es necesario aclarar que las personas dedicadas a la prostitución siguen ofreciendo sus servicios a través de las diferentes plataformas virtuales que existen. Logran concretar citas y tener encuentros sexuales, tanto física como virtualmente.

 

Volviendo a la pregunta en cuestión, es importante mencionar que  muchos hombres visitan estos sitios o entablan contacto con sexo-servidoras, no para tener coito sino porque necesitan ser escuchados, ya sea porque su pareja no tiene tanta paciencia con ellos y tienen pocas habilidades comunicativas o porque no quieren mostrar su vulnerabilidad delante de ellas, salvaguardando en todo momento su imagen de hombre fuerte.  

 

Vale recordar que también en estos sitios sus deseos son realizados; pues ellas están dispuestas a satisfacerlos en actividades sexuales que posiblemente la novia o la esposa no, como sexo oral, algunas posiciones, tríos, fantasías, entre otros.

 

En algunos casos no es que la novia o la esposa no quiera complacerlos o no acceda a sus deseos, sino que ellos mismos no aceptan que sean sus parejas quienes hagan estas actividades sexuales porque creen que ellas deben comportarse como unas “damas” aun en la cama. Les resulta anti-erótico hacer cosas diferentes con sus propias parejas. Esto se debe, en parte, a algunos prejuicios que señalan el sexo como algo sucio y cochino.

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Al ver el sexo como algo sucio, es posible que  algunos hombres con tendencia al sadismo vean en el encuentro con prostitutas la oportunidad de someter, humillar y denigrar, aunque no lo expresen, aunque no maltraten; pero en su interior ese desahogo va cargado de placer por someter, ante la poca opción de escape por parte de la prostituta quien muchas veces por necesidad económica accede.

 

A lo anterior añadimos el “miedo a la fusión”, el cual  se presenta en muchos hombres, ya sea con pareja o no, que temen perder su independencia y autonomía, temen quedar atrapados y fundirse en ella. Por lo tanto, visitar a otras mujeres es una manera de tener sus sentimientos más controlados y mantener el balance.

 

Sin olvidar que hay relaciones de pareja en los cuales las dinámicas de interacción pueden resultar “asfixiantes”.  En donde uno de los dos o los dos miembros de la pareja perciben al otro como un “objeto” de su propiedad.  Entonces, ir a un prostíbulo es como una bocanada de aire fresco y a veces esa “canita al aire” no la perciben como infidelidad, porque no hay sentimientos involucrados.

 

No podemos dejar de lado la autoestima masculina como otro factor que lleva a un hombre a visitar un prostíbulo. Un hombre con baja autoestima es más propenso a hacerlo que un hombre que tiene una alta autoestima. Este último se siente más seguro de sí mismo y desarrolla habilidades que le permiten seducir a la mujer con la que le interese establecer una relación. Contrario a un hombre con baja autoestima, que está dispuesto a pagar con tal de recibir atención, cariño, placer, entre otros.

 

Para finalizar recordamos que la salud es el bien más preciado con el que todos contamos, todavía más en estos momentos, y nuestras decisiones pueden marcar una diferencia entre la vida y la muerte. Por lo tanto, es necesario recordar los protocolos de bioseguridad para la prevención del Covid-19, ya que al momento de tener encuentros sexuales no es suficiente pensar solo en el uso del condón, que a su vez también es un protocolo de bioseguridad.

 

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