- Styling
La moda recatada, un segmento antes olvidado, ahora también forma parte importante de la cada vez más inclusiva industria de lo ‘fashion’.
Vestir de manera recatada es algo que ha estado presente en la vida de la mujer a lo largo de la historia. A pesar de que en los diferentes momentos de la historia se han dado distintas formas de vestirse o modas que han sido representativas de culturas, siglos o décadas, la modestia al vestir era una constante en todas estas épocas.
Es a principios del siglo XX con los primeros indicios de la liberación femenina (donde la mujer empieza a luchar por sus derechos como ser humano para tener acceso a más oportunidades y exigir igualdad de condiciones), que la vestimenta fue tornándose mucho más desprendida.
Basándose en el lema de “mi cuerpo, mi decisión”, se fueron dando con el tiempo una serie de cambios hasta llegar al momento en que se hizo socialmente aceptable el no tener la necesidad de vestirse de manera modesta para sentirse bella; hasta el punto en que incluso la desnudez (o el exceso de mostrar el cuerpo como forma de ser sensual) es común en el día a día en la publicidad, en los medios de comunicación y, por último, en las redes sociales.
Con el tiempo, fue más y más difícil para las mujeres que por algún motivo (personal, cultural o religioso) vestían modestamente, seguir encontrando ropa bonita con la que se sintieran cómodas y que a la vez fuese apta para mantenerse recatadas, por lo que muchas tendían a conformarse con lo que pudieran encontrar, no siempre sintiéndose muy “a la moda”.
Es con la llegada de las redes sociales como Facebook e Instagram, y los populares blogs de moda, donde se inicia realmente el movimiento de lo que ahora conocemos como moda modesta. Gracias a muchas mujeres y a las primeras ‘fashion bloggers’ musulmanas que se empieza a dar a conocer este segmento de mujeres modernas que buscan mantener su buen estilo al vestir y expresarse a través de la moda, sin dejar de mantener sus normas de vestimenta recatada.
Cuando chicas cristianas (y de algunas otras religiones también) comienzan a participar de este movimiento, es que poco a poco la moda modesta se da a conocer al mundo a través de reportajes y notas en revistas que hablaban sobre esta manera de vestir. Con ello, se comenzó a dar reconocimiento a diseñadores de ropa que indicaban abiertamente que sus diseños estaban realizados para aquella mujer que viste sin mostrar demasiado, pero que a la vez conserva su amor por la moda.
Ha sido tan llamativo todo lo que ha ocurrido, que día a día se han unido otros factores importantes del mundo de la moda como editores, fotógrafos, marcas, modelos y hasta organizadores de eventos, lo que ha llevado incluso a que se desarrollen los tan populares ‘fashion weeks’ pr de esta tendencia, primero en ciudades de países musulmanes como Estambul o Dubai y luego en otras ciudades importantes como París, Londres, Ámsterdam, Moscú, Montreal, Utah y Miami.
La moda modesta ha llegado para quedarse, ganando adeptos día a día a nivel mundial, que harán que siga evolucionando y sea una representación real de lo inclusivo que puede ser el mundo de la moda, brindando opciones para todo tipo de mujer.
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