Mujeres en la ciencia: un compromiso por romper el techo de cristal

Jue, 02/06/2020 - 15:27
La desigualdad de género es un tema palpable. En conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia (11 de febrero), te mostramos la situación de la mujer en las áreas científicas y tecnológicas, así como los obstáculos y desafíos que enfrentan en este campo.

¿Alguna vez has sentido que por más preparada que estás, por algún motivo no te consideran para asumir nuevos retos profesionales u ocupar altos cargos? Esto no solo te pasa a ti, es una realidad de la sociedad, especialmente si se trata de mujeres, y se llama techo de cristal, un término que se refiere a la limitación del ascenso laboral de las personas al interior de las organizaciones.

La desigualdad de género es un tema palpable en todos los ámbitos de la sociedad. La ciencia y la tecnología no escapan de ello. Por ejemplo, nunca ha habido una mujer rectora en la Universidad de Panamá ni una Secretaria Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación; tampoco una directora del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud o del Instituto Smithsonian, los centros de investigación de alta producción científica del país. 

Evidenciar que existe un "techo de cristal" en este ámbito (así como en muchos otros) es fundamental para que toda la sociedad pueda tomar acción. En este sentido, el pasado 4 de febrero, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia (11 de febrero), el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE) Sección Panamá y su grupo de afinidad Women in Engineering (WIE) organizó el evento “Ciencia es femenino”. El evento, realizado en la Secretaria Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), trató sobre la situación de la mujer en las áreas científicas y tecnológicas, así como los obstáculos y desafíos que enfrentan en este campo.

¿Realmente tenemos un problema?

Usualmente existe el mito de que la desigualdad entre hombres y mujeres no existe, o por lo menos que es un tema tercermundista. Pero no. En los países desarrollados también ocurre. La doctora Antonia Jiménez Rodríguez, profesora de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), de Sevilla, España, fue la invitada especial al evento. Ella presentó la situación de género en ciencia en España y comentó algunos resultados de investigaciones que se han realizado en la UPO, muchas veces por su solicitud.

Uno de los datos que reveló es que en el país europeo el porcentaje de mujeres estudiantes y egresadas de carreras científicas es más alto que el de hombres, aproximadamente un 56%. "La diferencia en la tijera se cierra un poco en los estudios de doctorado, donde el porcentaje es similar, un 50%, y a partir de ahí empieza a abrirse sobre todo al final, en ese techo que es pasar de titular de universidad a rango catedrático, donde hay un 80% de hombres y 20% de mujeres".

La docente y funcionaria, quien cuenta con un doctorado en Ciencias biológicas, formó parte de la red universitaria contra la violencia de género de la UPO como agente clave para la detección de esta. Pero no se considera experta en temas de género, solo una mujer procupada por el empodermiento femenino, especialmente en el mundo científico. Es así como mira con preocupación que a pesar de que muchas mujeres consiguen premios extraordinarios, desde 1895 solo se haya otorgado 16 Nobel de ciencia a mujeres, lo cual representa un 4% del total de los premios (366). "La sociedad niega la desigualdad y los hombres dicen que no es más difícil para ellas. No se analiza bien el problema, se dice que las mujeres son muy pesadas y los hombres están hartos del tema de paridad, pero no se trata de un favor sino de un derecho", reconoce.

Para la ingeniera Susana Lau, presidente de WIE y ex becaria del Programa Fulbright-SENACYT, sí existe un problema de disparidad. "Más mujeres estudian o se gradúan, incluso ocupan más puestos de honor en las carreras técnicas y de ingeniería, y a pesar de ello no ocupan cargos directivos. Ese problema estamos intentando abordar dentro de nuestros programas".

Que haya igualdad de condiciones para hombres y mujeres además de ser un tema de derecho también es algo provechoso. "Es un tema de diversidad, hay estudios que demuestran que mientras tienes más diversidad cultural, de pensamiento, de género, hay más innovación, esa diferenciación hace que surjan mejores ideas". Esclarece que precisamente el hecho de que las mujeres piensen y actúen diferente a los hombres hace que surjan en el equipo más oportunidades para crear soluciones nuevas e innovadoras.

La situación en Panamá

En Panamá, la falta de paridad en el ámbito científico ha sido evidenciada por el estudio “Mujeres y CTI (Ciencia, Tecnología e Innovación) en Panamá: Recolección de datos y análisis de la situación de las mujeres en el campo científico y tecnológico en Panamá”, realizado por las antropólogas Eugenia Rodríguez y Nadia De León Porter para la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt).

Según el documento, existe una generalización de los hombres en los puestos de toma de decisiones en la ciencia y la tecnología en el país. "En términos de investigación, nosotras representamos un 40%, mientras que los hombres el 60%. En los ámbitos más bajos de la ciencia, como estudiantes somos más nosotras que ellos, pero lo interesante es ese efecto tijera que se produce, que a medida que vamos avanzando la carrera científica se van perdiendo las mujeres y empiezan a ocupar porcentajes menores en relación a los hombres, quienes al final acaban siendo el 100% en la jerarquía", señaló sobre el estudio Eugenia Rodríguez en el momento que salió a la luz, en 2018. 

"En el Sistema Nacional de Investigadores, las categorías más altas de investigación están representadas por hombres (80%).  Lo mismo ocurre en los puestos de toma de decisión de políticas públicas.Vemos que las áreas científicas consideradas tradicionalmente masculinas siguen siendo mayormente dominadas por ellos, aunque la tendencia es que cada vez hay más mujeres porque se atreven y se cargan sobre su espalda el superar los obstáculos ellas mismas", insistió. 

Leer más: Ciencia y tecnología: ¿tienen nombre de mujer?

¿Qué causa el techo de cristal?

A pesar de sus méritos acedémicos, de su experiencia en el sector privado dirigiendo investigaciones sobre ecosistemas marinos y de los 18 años ejerciendo docencia, la doctora Jiménez siente que en la universidad donde labora como profesora, en España, ya no podrá atravesar el techo de cristal, sencillamente porque supone un gran sacrificio que no estuvo dispuesta a tomar. "Siempre tienes que renunciar a cosas, es injusto. En la facultad 80% de los catedráticos son hombres y 20% mujeres. Solo hay 3 mujeres en la facultad y ninguna tiene hijos". Explicó que en el campo de la investigación si se 'descuelga por un tiempo' es complicado volver a tomar el hilo.

Situaciones como que la mujer no esté dispuesta a quedarse mucho tiempo fuera de casa para hacer investigaciones porque "debe cuidar a su familia" y que esto le reste competitividad a la hora de ser elegida para un alto cargo, es una situación de desigualdad que enumera la doctora. Entonces surge la necesidad de hacer leyes a favor de la equidad de género.

Algunas de las causas del techo de cristal que la doctora ha podido observar dentro de su experiencia son:

*Ausencia de modelos femeninos. "Siempre somos capaces de decir los nombres de hombres que han tenido muchos logros en las ciencias porque desde que éramos pequeños nos lo decían los libros y maestros. Si eres una niña no tienes un modelo femenino que seguir, todos lo que tienes son masculinos", subraya.

Otro problema que evidencia es que desde pequeñas a las mujeres las educan para ayudar. "De hecho, la mayoría de las carreras que eligen las mujeres son de ese ámbito, como medicina y educación, pero a lo mejor ella no sabe que la física sirve para eso porque no tienen referente y no relacionan, lo tienen como algo para hombres".

*Postura conservadora de la sociedad. Para la profesora, otra causa es que la sociedad está estructurada de una forma muy cómoda para los hombres. "La mujer le da estabilidad a la casa, es la cuidadora y el refugio. Si algo anda mal, ella sale corriendo, pero el hombre no. ¿Por qué cambiar ese modelo cómodo? Entonces decimos que ahora mismo la sociedad está bien porque hay una persona que cuida de los hijos, de la casa... Incluso a mujeres las echan del trabajo por tomar la licencia maternal. No se puede penalizar una cosa que se debe hacer porque sino la sociedad no avanza. La mujer se sacrifica por la sociedad, es un bien para la sociedad".

*Conciliación de la vida familiar y laboral. La marcada división de roles, debido a la cultura del machismo, es un caldo de cultivo para la desigualdad. "Nosotras somos cuidadoras, desde pequeña me pusieron de juguete una muñeca, una cocinita, una escoba, un recogedor, lo tenía claro. Y si me gustaba el fútbol, era un poco machorra, y eso no quedaba bonito. Y además había que estar guapa, si me peguntaban algo, contestar con educación, ser amable. Y a los niños les educan que no pueden llorar, ¡es terrible! Tienen que ser fuertes, tienen que trabajar, les daban una pelota, una bicileta y a la calle, no están en el mismo ambito que tú. Esto es un problema muy grande de conciliación", ilustró.

*Falta de ambición y autoestima. Según Jiménez esto se debe a que muchas veces las mujeres son minimizadas. "¿Quién te ha quitado el autoestima? ¿Cuántas veces hemos estado en un foro, un trabajo, en la casa y te dicen 'anda, cállate que tú de eso no entiendes'. O 'déjalo, yo hablo, no te preocupes, yo lo resuelvo'. ¡¿Cómo va a tener el autoestima alta?!"

Cómo romper el techo de cristal

Para la doctora, la única posibilidad de romper con el techo de cristal es primero demostrarlo con estudios, con el objetivo de que haya toma de conciencia sobre el asunto de la disparidad y se puedan tomar acciones a todos los viveles: en el hogar, la sociedad, la empresa privada y el gobierno.

También opina es menester que haya políticas y leyes adecuadas, que se cumplan. "Debe haber leyes de paridad de género, pero si no hay mujeres en los organismos que hacen las leyes, va a ser muy difícil lograrlo. También son necesarias leyes de conciliación de la vida familiar y laboral. Debemos ayudarnos en la crianza porque los hijos son de los dos, y es bueno para toda la sociedad".

La educación temprana para igualdad de reparto de tareas es otra solución que propone con el fin de sensibilizar sobre el tema de roles; al igual que crear incentivos a la investigación como más becas para mujeres.

Y, por supuesto, luchar para superar los obstáculos. "Si quieres, puedes. Creo que todos tenemos que ponernos las 'gafas' y mirar la sociedad como realmente debimos haberla mirado desde el principo: en igualdad de condiciones".

En el tema de la falta de modelos, propone sacar a la luz los referentes femeninos para que las niñas sepan que existen muchas mujeres buenas en todo. "En nuestra facultad a los nombres de edificios y aulas les ponemos nombres femeninos, para que por lo menos suenen".

Agrega que es importante ir a colegios y que mujeres empoderadas le cuenten a los niños cómo lo hicieron, para que se den cuenta que sí se puede, que no hay límites".

En este sentido, la ingeniera Lau insiste en la importancia de la sensibilización en las escuelas. Es así como WIE busca promover a más mujers en temas de ciencia y tecnología. "Hacemos actividades escolares, pre universidad, universidad, mentoría, para reducir la brecha de género".

Ya son tres años en el que Lau junto a otras volunatrias mentoras han llevado su programa insignia STAR a escuelas públicas del país. "Despertamos curiosidad en niñas llevándoles experimentos científicos para que se interesen por la ciencia. Este año estamos implementando uno con enfoque de emprendiemiento para estudiantes de secundaria". El programa STAR dura 12 semanas.

 
 
 
 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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