La artesana que desarrolla la creatividad de niños en pandemia

Jue, 12/31/2020 - 08:00
Yasunery Anaika Ramírez Martín es una microempresaria de La Chorrera que posee un negocio familiar de cerámicas de 30 años, pero a raíz de la pandemia le dio un giro y hoy brinda seminarios para niños.

2020 es un año que nos marcó a todos. Con la pandemia del Covid-19 el mundo dejó de ser lo que estábamos acostumbrados, se convirtió en algo irreal, inimaginable, como sacado de una película. La crisis sanitaria y económica dejó afectadas a muchas personas alrededor del mundo. El duelo y la incertidumbre se convirtieron en pan de cada día. Y el optimismo también tomó su espacio.

 

Con las medidas para evitar la propagación del nuevo coronavirus, muchas personas perdieron sus fuentes de ingreso. En ese momento surgió la palabra del momento: REINVENTARSE. Que más que una moda, fue una necesidad.

 

Yasunery Anaika Ramírez Martín es una mujer microempresaria de La Chorrera que posee un negocio familiar de cerámicas de 30 años, pero a raíz de la pandemia le dio un giro a la empresa y hoy brinda seminarios para niños, especialmente aquellos con déficit atencional, donde les explota su lado creativo.

 

Su historia en las cerámicas empezó el 25 de noviembre de 1989 con Cerámicas MARY. "En medio de la crisis política de aquel tiempo brindamos seminarios al público que consistían en enseñar las técnicas de elaboración y decoración en cerámica. De eso se trataba nuestro negocio familiar: capacitar a las personas para que desarrollaran el arte de la cerámica".

 

En aquellos tiempos Ramírez solo tenía 4 años de edad, pero siempre se interesó en el arte de la cerámica. "Creciendo en medio del taller aprendí a amar este arte y a involucrarme en ese mundo, ahora ya tengo todos los conocimientos necesarios para enseñar, capacitar y aclarar cualquier interrogante a nuestros clientes. Este negocio es una fuente de ingreso sostenible para nuestra familia como empresa tradicional".

 

Cuando llegó el Covid-19 y las cuarentenas obligatorias, lejos de lamentarse y quedarse de brazos cruzados antes la nueva situación, la Licenciada en Diseño en Artes Aplicadas miró una oportunidad, no solo de ingreso sino de ayudar a otras personas. "La pandemia significa para nosotros una oportunidad, pues teníamos proyectos que estaban solo en nuestra mente escritas, pero al llegar la pandemia y sus consecuencias se activaron dichos proyectos y pusimos en marcha nuestras ideas. Era la oportunidad de crecer y darnos a conocer, con la nueva imagen de de Cerámica Mary, ahora Artesanías Belén Panamá".

 

Como parte del nuevo proyecto, a Yasunery y su equipo se les ocurrió la idea de vender kits de artes de cerámica y dictar talleres, especialmente para niños con déficit de atención. "Estos kits consisten en una caja con una pieza de cerámica artesanal, paleta de pinturas, y pinceles. Ofrecemos estos kits de artes a nivel nacional además de abrir las puertas de nuestro vivero y taller al público en general tomando en cuenta las medidas de bioseguridad", detalla.

 

La idea de impartir talleres surgió de la necesidad de dar a conocer el negocio. "De esta forma no solo ofrecemos nuestros productos terminados, sino que capacitamos al público interesado en adquirir conocimientos del arte de la cerámica".

 

Los seminarios están dirigidos a todo público, pero se hace especial énfasis en la comunidad infantil. "Desde niños a adultos y pueden acceder directamente al taller o dirigirse al canal de YouTube donde tenemos videos grabados para principiantes", agrega. "Los seminarios para niños nacieron de la necesidad de poder ayudarlos con algunos problemas de hiperactividad, autismo, timidez, concentración y confianza en sí mismos; brindándoles un ambiente acogedor y armonioso con música. Le ponemos piezas artesanales distintas para que ellos escojan lo que deseen trabajar y así soltar su creatividad. Compartimos e interactuamos con los niños haciendo de esta capacitación un momento muy especial para cada uno, una experiencia que quiera repetir".

 

La artesana, quien resalta que esta pandemia les hizo más fuertes y les dejó una lección de vida muy importante, sugiere a las emprendedoras panameñas no darse por vencidas y siempre capacitarse y buscar aliados. En su caso, a finales del 2016 conoció a SUMA Financiera S.A., empresa que le brindó su apoyo con financiamiento y capacitaciones para el negocio. "En otras palabras, nos abrió los ojos para que descubriéramos lo que tenemos en nuestras manos y cómo hacer para tener los mejores resultados para nuestra empresa". También ha trabajado con la Red Panameña de Microfinanzas, "entidad que nos guía para ir mejorando en este mundo de microempresaria, además de darme el seguimiento con excelente apoyo".

 

Por su esfuerzo y perseverancia Yasunery y su equipo han ganado el Premic premiación otorgada a los microempresarios por su labor y esfuerzo.

 

 

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