Cómo debe ser tu alimentación si tienes los triglicéridos elevados

Lun, 08/10/2020 - 09:00
Las causas para esta afección a la salud varían desde malos hábitos hasta deficiencias en el sistema endocrino. En cualquier caso, ciertas modificaciones en la alimentación podrán ayudar mucho con el problema.

La hipertrigliceridemia o valores de triglicéridos en sangre elevados es un hallazgo común en los consultorios de especialistas médicos al evaluar los exámenes de laboratorios de las personas. Los valores deben mantenerse en un rango no mayor de 150 mg/dl (aunque esto puede variar según el laboratorio y su equipo).

 

En muchos casos tener esta condición no es algo que sea perceptible a simple vista, más cuando no genera ningún síntoma o incomodidad en la persona.

 

A largo plazo es conocido que los triglicéridos elevados puede tener grandes consecuencias negativas para la salud como la aparición de pancreatitis aguda (inflamación del páncreas); también se relaciona con enfermedades cardíacas, entre otras condiciones. Estos valores anormales pueden ser comunes en personas con Diabetes Mellitus tipo 2 o aquellos con alteraciones en el metabolismo de la glucosa, con obesidad sobre todo si es central (área del abdomen), personas con hábitos como consumo de alcohol elevado y sedentarismo, aunque sus causas también pueden relacionarse al funcionamiento del sistema endocrino, uso de medicamentos, disminución en la función del hígado, entre otros factores.

 

Perspectiva nutricional

En los adultos este aumento puede deberse a factores en su alimentación, aumento de peso y estilo de vida en general. Es recomendable procurar la pérdida de peso si se requiere y además poner especial interés en controlar y elegir los alimentos más adecuados en su dieta.

 

Carbohidratos

Es importante lograr un consumo adecuado de carbohidratos en cuanto a cantidad, calculados en base al peso recomendado- saludable para la persona.

Además, el tipo de carbohidrato es muy importante, ya que en  los casos de hipertrigliceridemia relacionados a la alimentación y estilo de vida, el consumo excesivo de este macronutriente a lo largo del día es un factor principal. Para explicarlo de forma sencilla, al llegar a nuestro sistema esos carbohidratos se convierten en glucosa, su exceso pasa a convertirse en moléculas de triglicéridos, por lo que no es de extrañar que entre más pan, arroz, bebidas azucaradas, chocolates, etc., “en exceso”, más riesgo de seguir con estos valores alterados.

El aditivo alimentario “jarabe de maíz alto en fructosa” está relacionado con mayores niveles de triglicéridos y colesterol. Incluso, en el “Journal of Hepatology”, un estudio señala cómo puede aumentar el riesgo de padecer de hígado graso.

En cuanto al tipo de carbohidratos a preferir, es ideal que estos sean más naturales, más completos y evitar aquellos que han sido sometidos a refinamiento, ya que pueden carecer de su fibra natural y tener mayor puntaje de índice glicémico (capacidad de impactar el azúcar en sangre al consumirlos). En contraste, los más adecuados serían los vegetales, frutas con cáscara o en su estado natural, granos y cereales enteros. Adicional, es ideal controlar el consumo de alcohol procurando reducirlo al mínimo. 

 

Grasas

Puede llegar a ser más importante controlar y reducir los carbohidratos de la alimentación que las grasas en sí, sugiere un estudio comparativo de Lars Berglund,et al; en donde evaluaron que llega a ser más impactante los cambios al reducir los carbohidratos, bebidas azucaradas y demás.

Sin embargo, es necesario aclarar que existen grasas como las trans, que son muy dañinas para el sistema cardiovascular.

Se recomienda ingerir moderadamente las grasas y, lo más importante, es que sean de una fuente lo más natural posible (evitando alimentos procesados, fritos, aceites refinados). Algunas fuentes naturales de grasas son: aguacate, semillas de linaza, nueces, aceite de coco, entre otros.

La suplementación con omega 3 de 4,000 mg al día, es una estrategia muy utilizada, ya que se ha comprobado que puede reducir hasta un 20 a 30 % de los niveles en la mayoría de los casos, según un consejo científico de la American Heart Association, pero esto no debe sustituir el tratamiento con medicamentos que le recete su doctor.

 

Proteínas

Estas también juegan un papel importante en la ecuación; sin embargo, se debe tomar en cuenta el tipo de preparación y cocción que se utilizara para estas, sobre todo evitando freírlas o añadirles ingredientes como panes molidos y similares. También evitar salsas con jales y siropes.

 

En cuanto al ejercicio físico, no existe un nivel establecido de ejercicio que se deba realizar para reducir estos valores, pero se ha observado la disminución de los triglicéridos al realizar 30 a 60 minutos diarios de ejercicios aeróbicos o anaeróbicos leves.

 

Toma en cuenta que estas recomendaciones no sustituyen las de un profesional médico de forma individualizada, es indispensable la evaluación para su correcta asignación de estrategias para mejorar la salud.

 

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