Consumir menos alimentos ultra procesados protege contra el cáncer de mama

Lun, 10/07/2019 - 06:00
Siempre hablamos de los alimentos que sí debemos consumir para prevenir el desarrollo de cáncer, pero dejamos de lado las sustancias que están contribuyendo a que aumenten el número de casos cada año.
La cantidad de casos de cáncer en nuestro país se eleva año tras año. Según el Registro Nacional del Cáncer de Panamá, para el 2007 la aparición de esta condición se dio en aproximadamente cinco mil personas en todo el país; sin embargo, para el 2016 los casos nuevos ascendían a cerca de nueve mil, siendo los de mayor incidencia los de mama, próstata, cuello uterino y estómago. Ante esta alarmante verdad debemos tomarnos un momento para pensar ¿qué estamos haciendo diferente?
 
Son muchos los estudios que resaltan la importancia de la alimentación en la prevención y tratamiento de todos los tipos de cáncer, de hecho, el 30% del desarrollo de esta enfermedad se relaciona directamente con lo que comemos y nuestro estilo de vida. ¡Sorprendente! Es decir, que la forma en que nos alimentamos sigue siendo un factor importante que podemos modificar. Procuremos elegir aquellos productos que contribuyen a evitar el desarrollo del cáncer y contribuir a su prevención.  
 
Precisamente, siempre hablamos de los alimentos que sí debemos consumir para prevenir el desarrollo de cáncer de mama y otros tipos, pero dejamos de lado el diálogo sobre las sustancias que hoy por hoy están contribuyendo a que aumenten el número de casos cada año. ¡Sigue leyendo!
 
En las últimas décadas, nuestra alimentación se ha desplazado hacia el consumo continuo de alimentos ultra procesados (UP), que son el resultado de la modificación de una o  varias sustancias o  materias primas naturales a las que se le añaden diferentes compuestos para garantizar una mejor textura, sabor, cualidad y durabilidad. Con esto se aleja dramáticamente de su frescura. 
 
Según investigaciones realizadas en países de Europa, Estados Unidos y Canadá, evaluando los hábitos de compra en supermercados se han percatado que los alimentos UP ocupan entre el 25% al 50% de la ingesta total de las calorías de las familias, y estos contienen sustancias que no solo promueven el desarrollo de obesidad, sobrepeso y diabetes, sino también de cáncer. 

¿Qué los hace dañinos?

Este tipo de producto UP usualmente tiene un mayor contenido de azúcares, grasas y aceites refinados, sal y sodio. También contiene algunos contaminantes como acrilamida (resultado del cambio químico de aceites refinados sometidos al calor), otros relacionados al empaque y su reacción con los alimentos como el BPA (bisfenol a21). Otras sustancias como el nitrito de sodio están presente; aunque su uso es permitido, aún no está claro su nivel de cancerogenidad anteriormente sugerida en estudios en animales.
 
Uno de los primeros estudios en evaluar esta relación cáncer y consumo de alimentos UP fue el NutriNet-Santé en Francia, donde las personas estudiadas superaban las 100 mil y se les dio seguimiento a sus hábitos alimenticios a lo largo del tiempo (años 2009 al 2017). Se concluyó que al aumentar apenas 10% el consumo de alimentos UP, se elevaba el riesgo de padecer cáncer en general o de mama en un 10% también. 
 
Otro estudio realizado en la Universidad de Navarra, España, evaluó los hábitos de alimentación de alrededor de 8 mil estudiantes con peso normal y buen estado de salud a lo largo de poco más de 8 años. El 33% había desarrollado obesidad o sobrepeso en ese tiempo, y curiosamente el grupo que refería un mayor consumo de alimentos UP (detectado según cuestionarios) tenían mayor aumento de peso. El exceso de peso, o más bien de grasa corporal, se relaciona con el desarrollo de diversos tipos de cáncer. 

¡Ahora sí! Hablemos de alimentos contra el cáncer 

 
Para Kathia Hernández, nutricionista del Instituto Oncológico Nacional (ION), lo más importante para prevenir el cáncer en general es mantener una dieta equilibrada en nutrientes, que aporte suficiente fibra y antioxidantes y, sobre todo, evite el consumo de agentes tóxicos como la acroleína y acrilamidas (resultado de sobrecalentar aceites refinados) y dioxinas (presente en carnes animales con tejido graso, industrializadas y sometidas a altas temperaturas de cocción). Además, la especialista sugiere incluir el cuidado de la microbiota intestinal (conjunto de bacterias intestinales), que sirve como barrera protectora antes sustancias dañinas.  
 
Los antioxidantes los podemos obtener al consumir frutas y vegetales de diversos colores, especialmente en su estado natural y evitando las enlatadas o muy procesadas (mermeladas, jugos colados). Su alto contenido en vitamina A, C, E, selenio, flavonoides y carotenoides, entre otros antioxidantes, los convierten en los aliados indispensables en esta batalla. 
 
En cuanto a la fibra dietética, está presente en granos enteros (trigo, maíz, arroz, menestras), es decir, sin refinar. Por ejemplo, el arroz integral en lugar del blanco. Además, se encuentra en la cáscara, la pulpa y las semillas de muchas frutas y vegetales, así como en frutos secos como almendras y pistachos.
 
Por último, para proteger nuestra microbiota intestinal es necesario agregar a nuestra alimentación prebióticos presentes en el ajo, cebolla, puerro, banana, espinacas, avena, soja, entre otros alimentos, al igual que probióticos presentes en el yogurt, kéfir, queso gouda, vegetales fermentados (kimchi o chucrut), soja fermentada.
 
¡Importante! No existe un alimento que por sí solo pueda evitar el cáncer, más bien la prevención adecuada se obtiene de la aplicación del conjunto de recomendaciones y cambios en el estilo de vida (ser más activos, disminuir el consumo de cigarrillo y alcohol) que contribuyen a que nuestras células cumplan sus funciones adecuadamente.
 
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