Verdades del desayuno: si estás tratando de bajar peso deberás modificarlo

El dicho popular “Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo” nos ha perseguido por un buen tiempo y se ha convertido en un argumento veraz para muchas de nosotras, incluso llegamos a sacar conclusiones de esto: si lo cumplimos al pie de la letra, podremos bajar de peso, reducir la ansiedad, aumentar la concentración y juntar energía para el resto del día.

¿Serán todos estos mitos ciertos? ¿Será el desayuno la comida más importante del día como tantas veces nos lo repitieron?

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Según una investigación de origen alemana, publicada en la revista Nutrition Journal, el desayuno abundante, en pacientes que buscan reducir su peso, lo único que logra es que los individuos terminen ingiriendo más calorías, a diferencia de aquellos que hacen de su desayuno una comida ligera. El investigador alemán concluye su estudio científico diciendo que para mantener un peso sano, lo único comprobado hasta ahora, es restringir el consumo de calorías, seguir un régimen alimenticio rico en frutas y verduras y acompañar estas dos cosas de una rutina diaria de ejercicio físico. Así lo describe también una de las más reconocidas nutricionistas estadounidenses, Marion Nestle. En su libro “What to Eat”, Marion explica que muchas veces sobrevaloramos el desayuno y que, en realidad, importa más el qué y el cuánto comemos que el cuándo. En el caso de un niño, menciona, el saltarse el desayuno puede traer problemas en su concentración.

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El desayuno debe ser, entonces, una comida que podamos utilizar a nuestro favor. Nuestro organismo requiere diariamente una cantidad de nutrientes que podremos completar si mantenemos una alimentación sana. Incluso puedes aprovechar el desayuno para consumir aquellas cosas que te faltan en tu dieta diaria. Por lo general, el desayuno representa el 25% del aporte calórico diario, por esto debemos lograr un balance entre los grupos alimenticios básicos: los lácteos nos proporcionarán una buena fuente de calcio, proteínas de alta calidad, vitamina B y vitamina D; los cereales y derivados son necesarios para brindarnos la cantidad necesaria de carbohidratos complejos como el almidón, y los zumos de frutas o las frutas secas aportarán a nuestra dieta un alto nivel de minerales y vitaminas hidrosolubles. Por último, en pro de nuestro bienestar, debemos procurar alternar los ingredientes y recetas que usemos para que esta comida no se torne algo monótono.

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