Lo que necesitas saber sobre la enfermedad de Parkinson

Lun, 04/12/2021 - 10:00
Una enfermedad progresiva del sistema nervioso que afecta el movimiento y no tiene cura. El pasado 11 de abril se conmemoró el Día Mundial del Parkinson, y en el marco de la fecha expertos de Mayo Clinic brindan detalles sobre la afección.
Escrito por el personal de Mayo Clinic
 
 

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad progresiva del sistema nervioso que afecta el movimiento. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la enfermedad de Parkinson afecta a 1 de cada 100 personas mayores de 60 años. Actualmente, hay unos 7 millones de personas con esta enfermedad en el mundo y la OMS prevé que para el 2030 llegarán a ser más de 12 millones

 

Los síntomas comienzan gradualmente: A veces, con un temblor apenas perceptible en una sola mano. Los temblores son habituales, aunque la enfermedad también suele causar rigidez o disminución del movimiento.

 

En las etapas iniciales de la enfermedad de Parkinson, el rostro puede tener una expresión leve o nula. Es posible que los brazos no se balanceen cuando caminas. El habla puede volverse suave o incomprensible. Los síntomas de la enfermedad de Parkinson se agravan a medida que esta progresa con el tiempo.

 

A pesar de que la enfermedad de Parkinson no tiene cura, los medicamentos podrían mejorar notablemente los síntomas. En ocasiones, el médico puede sugerir realizar una cirugía para regular determinadas zonas del cerebro y mejorar los síntomas.

 

Síntomas

Los signos y síntomas de la enfermedad de Parkinson pueden ser diferentes para cada persona. Los primeros signos pueden ser leves y pasar desapercibidos. A menudo, los síntomas comienzan en un lado del cuerpo y usualmente continúan empeorando en ese lado, incluso después de que los síntomas comienzan a afectar a ambos lados.

 

Los signos y síntomas de la enfermedad de Parkinson pueden incluir los siguientes:

  • Temblores. Un temblor, o una sacudida, generalmente comienza en una extremidad, a menudo en la mano o los dedos. Puedes frotar el pulgar y el índice de un lado a otro, lo que se conoce como temblor de la píldora. Tu mano puede temblar cuando está en reposo.
  • Lentitud en los movimientos (bradicinesia). Con el tiempo, la enfermedad de Parkinson puede retardar tus movimientos, haciendo que las tareas simples sean difíciles y lleven más tiempo. Puede que tus pasos sean más cortos cuando caminas. Puede resultar difícil levantarte de la silla. Puede que arrastres los pies mientras intentas caminar.
  • Rigidez muscular. La rigidez muscular puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo. Los músculos rígidos pueden ser dolorosos y limitar tu amplitud de movimiento.
  • Alteración de la postura y el equilibrio. La postura puede volverse encorvada o puedes tener problemas de equilibrio como consecuencia de la enfermedad de Parkinson.
  • Pérdida de los movimientos automáticos. Es posible que tengas reducida la capacidad para realizar movimientos inconscientes, como parpadear, sonreír o balancear los brazos cuando caminas.
  • Cambios en el habla. Puedes hablar suavemente, rápidamente, insultar o dudar antes de hablar. Tu habla puede ser en un solo tono en lugar de tener las inflexiones habituales.
  • Cambios en la escritura. Puede resultarte cada vez más difícil escribir y tu letra puede parecer pequeña.

 

Consulta al médico si presentas alguno de los síntomas asociados con la enfermedad de Parkinson; no solo para que diagnostique la afección, sino también para que descarte otras causas de tus síntomas.

 

Causas

En la enfermedad de Parkinson, algunas células nerviosas (neuronas) del cerebro se descomponen o mueren progresivamente. Muchos de los síntomas obedecen a una pérdida de las neuronas que producen dopamina, un tipo de neurotransmisor del cerebro. Cuando los niveles de dopamina disminuyen, esto causa una actividad cerebral anormal, lo que conduce a un movimiento deficiente y otros síntomas de la enfermedad de Parkinson.

Se desconoce la causa de la enfermedad de Parkinson, pero varios factores parecen influir, como los siguientes:

  • Genes. Los investigadores han identificado mutaciones genéticas específicas que pueden causar enfermedad de Parkinson. Sin embargo, estas son poco comunes, salvo algunos casos en que muchos miembros de la familia tienen enfermedad de Parkinson.

    No obstante, ciertas variaciones genéticas parecen aumentar el riesgo de tener enfermedad de Parkinson, pero con un riesgo relativamente menor de la enfermedad de Parkinson para cada uno de estos marcadores genéticos.

  • Desencadenantes ambientales. La exposición a ciertas toxinas o factores ambientales puede aumentar el riesgo de tener la enfermedad de Parkinson en el futuro, pero el riesgo es relativamente menor.


Los investigadores también han observado que se producen muchos cambios en el cerebro de las personas con la enfermedad de Parkinson, aunque no resulta claro por qué ocurren estos cambios. Entre estos cambios, se incluyen los siguientes:

  • La presencia de cuerpos de Lewy. Las masas de sustancias específicas dentro de las neuronas cerebrales son marcadores microscópicos de la enfermedad de Parkinson. Estas masas se llaman cuerpos de Lewy, y los investigadores creen que estos cuerpos de Lewy contienen un indicio importante sobre la causa de la enfermedad de Parkinson.
  • Alfa-sinucleína que se encuentra dentro de los cuerpos de Lewy. Si bien se encuentran muchas sustancias en los cuerpos de Lewy, los científicos creen que una sustancia importante es la proteína natural y generalizada, llamada alfa-sinucleína (a-sinucleína). Se encuentra en todos los cuerpos de Lewy en forma de una masa que las células no pueden descomponer. Actualmente, esta sustancia es un foco importante entre los investigadores de la enfermedad de Parkinson.

     

Factores de riesgo

Entre los factores de riesgo de la enfermedad de Parkinson se incluyen los siguientes:

  • La edad. Los adultos jóvenes rara vez padecen la enfermedad de Parkinson. Originalmente comienza en etapas medias o avanzadas de la vida, y los riesgos aumentan con la edad. Las personas normalmente manifiestan la enfermedad alrededor de los 60 años de edad en adelante.
  • Predisposición genética. Tener un pariente cercano que sufra la enfermedad de Parkinson aumenta las probabilidades de que desarrolles la enfermedad. Sin embargo, los riesgos son aún pequeños a menos que tengas muchos parientes en tu familia con enfermedad de Parkinson.
  • Sexo. Los hombres son más propensos a desarrollar la enfermedad de Parkinson que las mujeres.
  • Exposición a toxinas. La exposición constante a herbicidas y pesticidas puede aumentar ligeramente el riesgo de enfermedad de Parkinson.

 

Complicaciones

La enfermedad de Parkinson a menudo está acompañada de estos problemas adicionales, que pueden tratarse:

  • Dificultad para pensar. Es posible que tengas problemas cognitivos (demencia) y dificultad para pensar. Esto suele suceder en las etapas más avanzadas de la enfermedad de Parkinson. Tales problemas cognitivos no suelen responder a los medicamentos.
  • Depresión y cambios emocionales. Es posible que tengas depresión, en ocasiones en las primeras etapas. El tratamiento para la depresión puede facilitar la forma de lidiar con otras dificultades ocasionadas por la enfermedad de Parkinson.

    También es posible sufrir otros cambios emocionales, como miedo, ansiedad o pérdida de la motivación. Los médicos pueden prescribir medicamentos para tratar estos síntomas.

  • Problemas para tragar. Es posible que se desarrollen dificultades para tragar a medida que evoluciona la enfermedad. La saliva puede acumularse en la boca a causa de la forma lenta de tragar, y así se produce el babeo.
  • Problemas para masticar y comer. La enfermedad de Parkinson en etapas avanzadas afecta los músculos de la boca, por lo cual se dificulta la masticación. Esto puede ocasionar atragantamientos y desnutrición.
  • Problemas para dormir y trastornos del sueño. Las personas con enfermedad de Parkinson a menudo tienen problemas para dormir, que incluyen el despertar frecuentemente durante la noche, despertar temprano o quedarse dormidos durante el día.

    También es posible que presenten un trastorno de comportamiento de sueño de movimiento ocular rápido, en el cual se actúan los sueños. Algunos medicamentos pueden ayudar a tratar los problemas del sueño.

  • Problemas con la vejiga. La enfermedad de Parkinson puede ocasionar problemas en la vejiga que incluyen la incapacidad de contener la orina o tener problemas para orinar.
  • Estreñimiento. Muchas personas con enfermedad de Parkinson manifiestan estreñimiento, principalmente porque su sistema digestivo funciona más lento.

 

Es posible que también te suceda lo siguiente:

  • Cambios en la presión arterial. Quizás te sientas mareado o aturdido cuando te pones de pie a causa de una disminución de la presión arterial de repente (hipotensión ortostática).
  • Disfunción del olfato. Es posible que tengas problemas con el sentido del olfato. Quizás tengas dificultad para identificar algunos olores o para diferenciarlos.
  • Cansancio. Muchas personas con enfermedad de Parkinson pierden la energía y sienten fatiga, en especial al final del día. Se suele desconocer la causa.
  • Dolor. Algunos pacientes con enfermedad de Parkinson presentan dolor, ya sea en áreas específicas o en todo el cuerpo.
  • Disfunción sexual. En algunos casos, los pacientes que tienen la enfermedad de Parkinson notan una disminución del deseo sexual o en el rendimiento sexual.

 

Prevención

Debido a que se desconoce la causa de la enfermedad de Parkinson, las maneras probadas para prevenirla también son un misterio.

En algunas investigaciones se ha demostrado que el ejercicio aeróbico regular podría reducir el riesgo de tener la enfermedad de Parkinson.

En algunas otras investigaciones se ha demostrado que las personas que consumen cafeína, que se encuentra en el café, el té y las bebidas cola, contraen la enfermedad de Parkinson con menos frecuencia que las que no lo hacen. El té verde también está relacionado con un riesgo menor de tener la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, aún se desconoce si la cafeína en realidad previene la enfermedad de Parkinson, o si está relacionada en algún aspecto. En la actualidad, no existe evidencia suficiente para indicar que el consumo de bebidas con cafeína tenga un efecto protector contra la enfermedad de Parkinson.

 

No existe ningún examen específico para diagnosticar la enfermedad de Parkinson. El médico capacitado en trastornos del sistema nervioso (neurólogo) diagnosticará la enfermedad de Parkinson según tus antecedentes médicos, un análisis de los signos y síntomas, y una exploración física y neurológica.

 

 

Tratamiento

La enfermedad de Parkinson no tiene cura, pero los medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas, generalmente en forma notable. En algunos casos más avanzados, se puede aconsejar la cirugía.

El médico también puede recomendar algunos cambios de estilo de vida, especialmente, ejercicios aeróbicos constantes. En algunos casos, la fisioterapia que se centra en el equilibrio y la elongación también es importante. Un patólogo del habla y el lenguaje puede ayudar a mejorar los problemas del habla.

 

Estilo de vida y remedios caseros

Si tienes diagnóstico de la enfermedad de Parkinson, tendrás que trabajar junto con el médico para encontrar un plan de tratamiento que te brinde el mayor alivio de los síntomas con la menor cantidad posible de efectos secundarios. Algunos cambios en el estilo de vida también pueden facilitar la vida de quien tiene la enfermedad de Parkinson.

 

Alimentación saludable: Aunque no se ha probado que un alimento o una combinación de alimentos ayuden a la enfermedad de Parkinson, es posible que ciertos alimentos alivien algunos de los síntomas. Por ejemplo, consumir alimentos con alto contenido de fibra y beber una cantidad adecuada de líquidos puede prevenir el estreñimiento, que es común en la enfermedad de Parkinson.

Una alimentación equilibrada también aporta nutrientes, como ácidos grasos omega-3, que pueden ser beneficiosos para las personas con enfermedad de Parkinson.

 

Ejercicio: Hacer ejercicio puede aumentar tu fuerza muscular, flexibilidad y equilibrio. El ejercicio también puede mejorar tu bienestar y reducir la depresión o ansiedad.

El médico podría sugerir que trabajes con un fisioterapeuta para aprender un programa de ejercicios adecuado para ti. También podrías probar ejercicios como caminar, nadar, practicar jardinería, bailar, realizar gimnasia acuática o realizar estiramiento.

La enfermedad de Parkinson puede alterar tu sentido del equilibrio, lo que dificulta que camines con un paso normal. El ejercicio puede mejorar tu equilibrio. Estas recomendaciones también pueden ayudar:

  • Trata de no moverte demasiado rápido.
  • Cuando camines, trata de apoyar primero el talón en el suelo.
  • Si notas que arrastras los pies, detente y controla tu postura. Es mejor pararse derecho.
  • Cuando camines, mira hacia adelante, no directamente hacia abajo.

 

Evitar caídas

En las etapas más avanzadas de la enfermedad, puedes caer más fácilmente. De hecho, puedes perder el equilibrio con solo un pequeño empujón o golpe. Las siguientes sugerencias pueden ayudarte:

  • Haz una vuelta en U en lugar de girar tu cuerpo sobre los pies.
  • Distribuye tu peso uniformemente entre ambos pies y no te inclines.
  • Evita cargar cosas mientras caminas.
  • Evita caminar hacia atrás.

 

Las actividades de la vida cotidiana, como vestirse, comer, bañarse y escribir, pueden ser difíciles para las personas con la enfermedad de Parkinson. Un terapeuta ocupacional puede enseñarte técnicas para facilitarte la vida cotidiana.

 

Medicina alternativa

Las terapias de apoyo pueden ayudar a aliviar algunos de los síntomas y complicaciones de la enfermedad de Parkinson, como el dolor, la fatiga y la depresión. Cuando se realizan en combinación con otros tratamientos, estas terapias pueden mejorar tu calidad de vida:

  • Masajes. La masoterapia puede reducir la tensión muscular y promover la relajación. Esta terapia, sin embargo, en pocas ocasiones está cubierta por el seguro de salud.
  • Taichí. El taichí es una antigua forma de ejercicio chino que emplea movimientos lentos y fluidos que pueden mejorar la flexibilidad, el equilibrio y la fuerza muscular. El taichí también puede ayudar a prevenir las caídas. Varias formas de taichí están diseñadas para personas de cualquier edad o condición física.

    Un estudio demostró que el taichí puede mejorar el equilibrio de las personas con enfermedad de Parkinson leve a moderada más que el estiramiento y el entrenamiento de resistencia.

  • Yoga. En el yoga, los movimientos suaves de estiramiento y las posturas pueden aumentar tu flexibilidad y equilibrio. Puedes modificar la mayoría de las posturas para adaptarlas a tus habilidades físicas.
  • Técnica Alexander. Esta técnica, que se centra en la postura muscular, el equilibrio y la conciencia sobre cómo usas los músculos, puede reducir la tensión y el dolor muscular.
  • Meditación. En la meditación, reflexionas en silencio y enfocas tu mente en una idea o imagen. La meditación puede ayudarte a reducir el estrés y el dolor, y a mejorar tu sensación de bienestar.
  • Terapia con mascotas. Tener un perro o un gato puede ayudarte a aumentar tu flexibilidad y movimiento, y a mejorar tu salud emocional.

 

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