3 consejos prácticos para decirle adiós al miedo escénico

Mar, 03/09/2021 - 10:09
No es malo tener nervios antes de una presentación, es un buen indicativo y quiere decir que te importa hacer todo bien; pero debes aprender a usarlo a tu favor. Mira cómo lograrlo.

Estás a 2 minutos de subirte al escenario o empezar tu capacitación, has estudiado toda la noche, tienes tu presentación bien armada y hasta un par de apuntes en tus notas. Todo parece estar en orden, hasta que justo antes de que anuncien tu nombre o entres al salón de clases, te consume un frío intenso y los nervios dicen: ‘hola’. Esto es el miedo escénico, pero tranquila, vamos a vencerlo en este artículo.

 

Te quiero compartir un par de consejos que, en mi experiencia, se han convertido en mis mejores amigos para lidiar con esto; pero antes quiero recordarte que tener miedo escénico es en realidad un buen indicativo. Quiere decir que te importa hacer todo bien, ¡y eso está genial!

 

Pero, si es algo que tenemos allí como compañero permanente, ¿cómo lidiamos con eso?

 

De antemano, te digo que no es algo que eliminemos permanentemente, simplemente aprendemos a vivir con ello y a convertirlo en energía positiva para esforzarnos al máximo y sacar adelante nuestra charla o presentación.

 

Por eso, te dejo estos 3 consejos que, a título personal, mantengo como recordatorios antes de cualquier presentación:

  1. Los nervios se transforman en energía positiva. Y ojalá siempre tengas algo de nervios antes de cualquier charla, porque el día en que no te sientas así significará que dejó de importarte cómo salga todo. Estos nervios son un signo de que vale la pena prepararse con anticipación y estudiar lo que vas a compartir a tu audiencia.
  2. Calentamientos vocales. Como buenas soldados debemos ir preparadas para una charla de 2 horas, por eso, calentar la voz con ejercicios sencillos y rápidos es sinónimo de ir bien armada y sin cabos sueltos al hablar en público. (Para ejercicios específicos de calentamiento sígueme en @marieegomezl y activa las notificaciones de publicaciones).
  3. Tu segunda mejor amiga: una botella de agua. Ese rumor de que se ve anti profesional tener una botella de agua en una charla es falso. Totalmente falso. Hidratarse es parte del cuidado de tu voz y muestra preparación, ya que incluso saber cuándo hacer una pausa para tomar agua es un arte. Aprovecha las intervenciones de terceros, cuando te hacen preguntas o si tienes que hacer un cambio de una idea principal a otra. Me agradecerás al decir tu tema y tener tu botella de agua a tu lado.

 

Entonces, con este top 3 a mano… ¿lista para tu próxima charla?

 

Y como bonus, siempre es bueno monitorear cómo somos hablando en público, por lo que te invito a hacer el siguiente ejercicio: grábate con tu celular desarrollando un tema por aproximadamente 2 minutos. Una vez finalizada la grabación, mírate y pon detenida atención a tus tics lingüísticos o muletillas, lenguaje corporal y pausas entre ideas.

 

Si quieres llevar este breve ejercicio a otro nivel y recibir un feedback personalizado, estaré encantada que me lo envíes a [email protected] o a mi directo de Instagram y con gusto te responderé con algunos consejos puntuales.

 

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