Lun, 03/07/2016 - 20:32
- Deco Hogar
Un tono que todas amamos, pero al hablar de él en la decoración es ignorado. Te damos un par de ideas que te harán cambiar de opinión.

Una tonalidad que nunca ha pasado de moda, aunque ha pasado por épocas difíciles; en las que se buscaba cierta energía y originalidad con los colores más vibrantes. Ahora más que nunca es tendencia, ha vuelto con fuerzas renovadas y ofreciéndonos la posibilidad de sacar el máximo partido a los espacios por su variedad de combinaciones que nos ofrecen.Una de las razones por las que es aclamado es su capacidad de brindar diferentes estilos, es decir, si quieres un espacio cálido, mezclándolo con texturas con la madera lo puedes lograr. O si quieres una imagen más intrépida, utilizando elementos en metal es posible. Lo primero que te pedimos es que elimines el estigma de que el blanco no se puede usar en el hogar, por miedo a que los niños lo ensucien o que es difícil de mantener. La clave de su triunfo es dónde lo uses y cómo lo acompañes, por lo que te damos algunas sugerencias que puedes incluir en tu hogar.
Su poder nos garantiza la creación de ambientes suaves en los que destacan la pureza, simplicidad y elegancia. Su aspecto delicado y capaz de transmitir frescura lo convierten en uno de los favoritos si buscas reflejar equilibrio y armonía en una estancia u hogar, según sea interés en la utilización.
En lugares pequeños, elígelo como el protagonista principal; gracias a su efecto óptico podrás crear la apariencia de espacios más abiertos y grandes. Si por el contrario, buscas llenar de luz algún rincón de tu hogar donde no tengas luz natural, es ideal, ya que es una herramienta realmente útil para esas estancias pequeñas, como las habitaciones.
Otra de sus ventajas es la facilidad que te da para combinarlo. Si no tienes un estilo definido, entonces esta es tu solución, ya que es amigable con toda la paleta de colores. Para un ambiente clásico, coordina perfectamente con tonos neutros como los grises, tierra, ocres, marfil o beiges; con los que seguro acertarás y generarás atmósferas frescas, acogedoras y relajantes.
Aunque recuerda usarlos en pequeñas dosis, con ligeros detalles de color o alternando accesorios, muebles o textiles, evitando recargar el espacio y disminuir de forma exagerada la presencia del color base.
Finalmente, ten cuidado con usar mucho blanco, puede saturar los ambientes y al mismo tiempo puede transmitir frialdad. Juega con detalles como complementos, colores o texturas que transfieran personalidad y confort a los espacios, siguiendo una concordancia cromática.
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