
Hace algunos meses hablamos acerca del conclifcto en Siria, y de la crisis actual mundial de refugiados. El mundo experimenta la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, según los datos del ACNUR para finales de 2014, 60 millones de personas fueron forzadas a dejar sus hogares debido a guerras, conflictos y persecuciones, una de las cifras más altas registradas en la historia mundial.
Pero hoy, mientras que el conflicto en Siria alcanza otro hito, los refugiados que huyen de este conflicto que dura ya 5 años tienen que hacer frente a mayores obstáculos para alcanzar la seguridad.
“Siria es la mayor crisis humanitaria y de refugiados de nuestro tiempo, y sigue siendo motivo de sufrimiento para millones de personas que deberían estar recibiendo más apoyo en todo el mundo”, declaró el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, quien añadió que sólo una solución política lograría poner fin al sufrimiento, pero mientras tanto, es necesario que haya un mayor número de países que asuman una mayor responsabilidad hacia los refugiados.
Hoy por hoy el panorama ha cambiado y se ha perfilado hacia un futuro esperanzador: ha habido cese de hostilidades, la reanudación de las negociaciones de paz y las promesas de mayor financiación. Sin embargo, la otra cara de la moneda es que ha habido una dura gestión de fronteras por parte de los países vecinos y muchos ciudadanos sirios quedan atrapados.
¿Qué es lo que está pasando? En un comienzo, los Estados Europeos, habían mostrado gran apoyo a los refugiados, ahora están cerrando sus puertas ante el aumento del número de refugiados que buscan seguridad en el viejo continente. Varios países han impuesto restricciones de entrada y en las fronteras, lo que está generando la acumulación de decenas de miles de refugiados en Grecia, mientras la Unión Europea negocia con Turquía un acuerdo que potencialmente podría conllevar la devolución de solicitantes de asilo a Turquía. Al mismo tiempo, las personas refugiadas en los países vecinos a Siria son más vulnerables que nunca y están asumiendo mayores riesgos para tratar de sobrevivir, embarcándose en arriesgadas travesías hacia Europa o recurriendo a peligrosas estrategias de supervivencia como el trabajo infantil, el matrimonio precoz o la explotación sexual.
“Una tragedia de esta envergadura exige una solidaridad que vaya más allá de la financiación. Dicho de otro modo, necesitamos que más países compartan la carga aceptando una mayor cuota de refugiados en el marco de la que se ha convertido en la mayor crisis de desplazamiento de esta generación”, declaró Filippo Grandi.
Para este mes, ACNUR tiene planificada una conferencia de alto nivel en Ginebra, en la que hará un llamamiento a los gobiernos a incrementar las plazas para refugiados sirios. Hasta la fecha, los gobiernos mundiales han aceptado en total 170 mil plazas, pero el problema es que ACNUR prevee que esa cigra aumentará en un 10%.
En estos 5 años, el conflicto y la guerra en Siria han dejado generado 4,8 millones de refugiados en los países vecinos y centenares de miles en Europa, así como 6,6 millones de personas desplazadas en el interior de Siria.
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