Matrimonios forzados, la realidad de millones de niñas imposibilitadas a elegir

Vie, 05/10/2019 - 15:38
36% de las mujeres de 20 a 24 años de todo el mundo se casaron o vivían en pareja antes de cumplir los 18 años

En la Casa de la Cultura en La Paz hay una treintena de fotos que tiene como hilo conductar mostrar la lacra del matrimonio forzado; reflejan la historia y la realidad de muchas niñas especialmente de Asia y África, que son obligadas a casarse cuando aún no llegan ni a la adolescencia. 

La exposición se titula "Voces de niñas"  y tiene el objetivo de reflexionar sobre esta realidad y pensar en la importancia de empoderar a las niñas de todo el mundo para que conozcan sus derechos.

En una de las fotografías se muestra a Salma, de 14 años. Es oriunda de Pakistán, después de una inundación vio cambiar su vida por completo. En su retrato se lee "No le deseo a ninguna niña la misma suerte que la mía". 

Su familia tuvo que refugiarse en un campamento donde una mujer le dio dinero y ropa, con el consentimiento de sus padres y hermanos, para que se casara con su hijo, con lo que no tuvo opción y aceptó su destino.

Salma quedó embarazada y oraba todas las noches para no dar a luz a una niña, porque no quería que su hija tenga que pasar por una situación similar.

Matrimonio Infantil

Según la Organización de las Naciones Unida, "el matrimonio infantil viola los derechos humanos independientementes de si la persona involucrada es un niño o una niña, pero sin duda se trata de la forma más generalizada de abuso sexual y explotación de las niñas". 

La ONU estima que el 36% de las mujeres de 20 a 24 años de todo el mundo se casaron o vivían en pareja antes de cumplir los 18 años. Y que El matrimonio de niñas es más frecuente en África subsahariana y en Asia meridional. En el Níger, el 77% de las mujeres entre 20 y 24 años se casaron antes de cumplir los 18. En Bangladesh, la tasa era del 65%.

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"El matrimonio forzado impide a las niñas a tener su derecho a decidir y una vez casadas, muy a menudo tienen problemas para seguir con su educación", comentó la jefa de cooperación de la Embajada de Canadá en Bolivia, Éliane Moser.

Justamente esta muestra es impulsada por la legación canadiense, la Alcaldía de La Paz y la alianza Girls Not Bride, que reúne a varias instituciones de distintos países para reflejar esta difícil situación que viven millones de niñas en el mundo.

Según Moser, al menos 15 millones de niñas en todo el mundo son forzadas a casarse, unas muchachas que no vivieron su niñez y saltaron a ser mujeres sin siquiera poder decidir.

El matrimonio infantil no solo es una violación de un derecho, sino que también resulta en trabajos forzados, esclavitud, prostitución y violencia contra las víctimas. Puesto que no pueden evitar las relaciones sexuales ni insistir en el uso del preservativo, las novias menores de edad se exponen a graves riesgos para su salud, como los embarazos prematuros, las infecciones transmitidas sexualmente y, cada vez más, al VIH/SIDA.

Para muestra de las consecuencias a largo plazo del matrimonio infantil está el caso de Zinenani, de Malawi, que se casó a los 13 años con la esperanza de escapar de la pobreza, pero no contó con que un día su marido la iba a abandonar a su suerte sin poder sustentar todas las necesidades de su familia. "Pensaba que el matrimonio infantil era la mejor manera de escapar de la pobreza, estaba equivocada", se lee al lado de su fotografía abrazando a dos niños.

O también el de Nancy, de Kenia, que quedó embarazada a los 13 años y tuvo que dejar la escuela para casarse y cuidar de sus hijos.Cuando decidió continuar sus estudios tuvo que negociar con su esposo para que la dejara estudiar y ella sola debía hacerse cargo además de su casa, sus hijos y sus quehaceres académicos. "Mi marido afirma que él desposó a una mujer y no a una estudiante", relata Nancy.

En la muestra también existen fotografías de niñas que han logrado anteponerse a esta situación. Es el caso de Moushimi, de la India, que no siguió el camino de sus dos hermanas y a los 16 años decidió aprender a cultivar alimentos para dárselos a su familia y empaparse de sus derechos. "Hoy en día puedo decirle a la gente lo que quiero y lo que necesito, ahora tengo coraje", se lee al lado de su fotografía en la que está acompañada de sus dos hermanas.

 

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