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Bruno Sialelli es el cuarto diseñador de Lanvin en los últimos cuatro años
Tras una serie de problemas creativos, Lanvin volvió a la pasarela en su mejor forma en años. La sensación fue de alivio cuando un fuerte aplauso estalló el miércoles al final del desfile de la casa de moda francesa, que marcó el debut de Bruno Sialelli, el cuarto diseñador de Lanvin en cuatro años.
Lanvin, un tesoro nacional francés, había enfrentado dificultades desde la partida del loado modisto Alber Elbaz en 2015 luego de 14 años con la firma. Eso terminó rotundamente el miércoles, cuando Sialelli llevó a la marca en una nueva dirección con una colección juguetona, artística y bien lograda de diseños para dama y caballero llamada "Peregrinos místicos".
La línea fue presentada en medio de estatuas de reyes franceses en el evocador interior del Museo Nacional de la Edad Media de París. El creativo usó capas con picardía. Fluidas siluetas de princesa de cuentos de hadas medievales combinaron las cinturas diminutas con ponchos a cuadros deconstruidos estilo Saville Row, y estampados escoceses con contrastantes corpiños en vestidos étnicos de seda.
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Los colores fueron usados con maestría en un crisol de tonos renacentistas que abarcaron desde el emblemático azul de la casa, hasta lo que ésta calificó como "tonos granulados de aguacate, ajenjo, banana y bergamota entibiados con caoba, azul marino, tomate y un resplandor de ultravioleta".
Algunos habían expresado dudas sobre Sialelli cuando éste fue traído de Loewe en enero, dado que era relativamente desconocido y tenía solo 31 años de edad. Otros recurrieron a las redes sociales en temporadas recientes para expresar, usando el hashtag #JeSuisLanvin, su tristeza y solidaridad por la percibida muerte de la gran casa. Esta colección, sin embargo, demuestra que estaban equivocados.
