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España, diversidad y raíces, son las tres palabras con las que la diseñadora define esta nueva propuesta
Fotografía: Josué Arosemena
Al son de las campanas de boda, Pilar Sáinz da inició a un colorido desfile donde buscaba, no solo celebrar le elegancia y esencia pura de la mujer, sino también resaltar a su natal España. Con el inicio de un tradicional flamenco, una modelo abre la pasarela con un traje rojo “one shoulder” en dos capas, y una pieza en la cabeza tipo turbante del mismo color en forma de rosa. La gama de colores del desfile comenzó en rojo, pasó a gris, azul, amarillo y terminó con un tono de gris más champagne.
A pesar que muchos de los vestidos mostraban sencillez en su diseño, las mangas, capas y bordados le brindaban el toque extra de sofisticación necesario para capturar aún más miradas. Las mangas se jugaban entre un puff al largo de medio brazo, hasta largas a la altura de las muñecas, mientras que las capas seguían un patrón similar, algunas tipo bolero y otras a la altura de los glúteos. Es importante mencionar la capa azul que acompañaba a un traje del mismo color con escote profundo en “V” bordado en la espalda; la tela creaba un movimiento delicado y sofisticado.
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Esta nueva propuesta lleva el nombre de “Puerta del sol”, y está inspirada en la Puerta del Sol de Madrid, en el kilómetro cero, lugar famoso por ser donde convergen todas las culturas del país, y donde nacen todas las calles. La colección entero estuvo realizada a base de un solo tejido: crepe de seda mezclada con triacetato. Durante la pasarela se pudo ver bordados, algo de pedrería y tull, pero el corazón de cada pieza es de crepe, por lo que la diseñadora lo considera un reto, ya que es la primera vez que realizaba algo como tal.
En 24 salidas se pudo apreciar una colección versátil que puede ser adaptada a cualquier momento del día con solo saber los zapatos y accesorios correctos. Y la diseñadora quiso dar una ayuda en esta parte, ya que las modelos salían con diferentes calzados (zapatillas, sandalias y tacones) para ilustrar un poco al público. Esta colección, a pesar de ser una celebración a España, está pensada también en Panamá. “Mi visión es de una mujer española tropicalizada. Mi cabeza ahora está mezclada entre ambos países”, expresa Pilar.
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La pasarela finalizó con un tradicional traje de novia amarillo en escote “v” casi a la altura del busto y ancho en los hombros. En el turbante de flor en la cabeza, la modelo tenía anexo un largo velo de tul que mostraba otro escote en “V” igual de profundo, dejando al descubierto gran parte de la espalda alta. Al terminar, las modelos desfilaron hasta el final de la pasarela para colocarse en forma horizontal y abrirle paso a Pilar, quien vestía de amarillo.
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