Consejos infalibles para dejar de comer en exceso por tus emociones

Lun, 11/18/2019 - 10:52
Aprende a conocer las diferencias entre el hambre fisiológica y el hambre emocional para que evites caer en una relación tortuosa con la comida.
¿Alguna vez has sentido que comes según tus emociones? Hace algunas semanas experimenté de forma muy marcada esta situación: tras un intercambio de palabras por teléfono, de la nada me encontré en mi auto manejando y comiéndome un paquete de galletas (literalmente desapareció en menos de 5 minutos), cuando volví en mí ni siquiera recordaba de dónde había sacado esas galletas. Claro que me sentí muy mal y hasta culpable, que por un momento pensé que fue  peor lo que me comí que el tema que acarreó esa acción. ¿Te identificas? 
 
Te comparto esto porque saber cómo comer no te exime de que en algún momento caigas en estos errores los cuales en muchos casos se llegan a convertir en pesadillas. Es por eso que hoy tocaremos este tema desde la perspectiva nutricional. 
 
Situaciones que acarrean emociones negativas como el estrés laboral, problemas en casa (ya sea con los hijos o el cónyugue), dificultades de salud o financieras y hasta desórdenes hormonales pueden desencadenar esta acción de comer impulsivamente según nuestras emociones; de hecho, no es algo descabellado para nada, ya que cuando el ser humano come se dan cientos de reacciones bioquímicas, entre ellas las que generan placer, satisfacción, seguridad y plenitud. El problema está en esos momentos en los que hacemos de la comida nuestro lugar seguro, sin darnos cuenta de que esa sensación temporal nos puede llevar a un círculo continuo de comer en exceso para luego sentir culpa, vergüenza, y así se da inicio a un relación tortuosa con la comida.  

Para comprender más a fondo, es importante conocer las diferencias entre el hambre fisiológica y el hambre emocional:

El hambre fisiológica se caracteriza por: 
  • Va incrementando con el tiempo lentamente.
  • Tienes ganas de comer diferentes tipos de alimentos. 
  • Al sentir saciedad puedes parar de comer.
  • No te sientes mal o culpable ( u otro sentimiento similar) después de comer.
El hambre emocional se caracteriza por:
  • Aparece de la nada de forma súbita.
  • Deseas comer uno o ciertos tipos de alimentos solamente.
  • Puedes comer y comer y no sentirte saciado.
  • Sientes vergüenza o culpa cuando acabas. 
Si logramos poner más atención a estos estímulos cuando iniciamos una comida y cuando la terminamos podremos tener una idea más clara de qué nos lleva a comer,  si una necesidad del cuerpo o del alma.

Algunas formas que te pueden ayudar a controlar esta situación:

Controla el estrés: es normal sentirse estresado, pero trata de darle un giro en positivo como proponerte uno o dos días al mes dar un paseo con las personas que amas, desde una salida con tus amigos o mirar un atardecer, leer un libro de un tema que te atraiga o probar con una disciplina de ejercicio. En realidad, esto te libera por completo, eso sí, procura hacer algo que te divierta o realmente te guste, la idea no es añadir más estrés sino liberarlo. Correr, bailar, nadar, montar bicicleta o unas clases de yoga... probando descubrirás con qué haces 'click'.  
 
Muchos expertos sugieren practicar yoga ya que, por su metodología, ayuda a desarrollar mayor conciencia sobre uno mismo lo que a su vez puede impactar positivamente la forma en que nos alimentamos. 
 
Además, te aconsejo mantener una alimentación sana y equilibrada con la que ingieras los nutrientes que tu cuerpo necesita, de esta forma evitaremos desequilibrios hormonales o de otro tipo por falta de algún nutriente, ya sea una vitamina, minerales, etc. 
 
Te invito a que sigas pendiente de toda la información de bienestar que tenemos en Mujer para ti, seguro te ayudará muchísimo.

Leer más: Descubre cómo tener un estómago más sano

  • Compartir: