Esto podría explicar por qué nos gusta tanto el azúcar

Lun, 05/18/2020 - 12:01
Un estudió reveló que la sacarosa (y no otros endulzantes) desencadena reacciones bioquímicas en el cerebro que lo estimulan y promueven sensaciones de placer y bienestar. Descubre más en esta nota.

Por décadas el consumo de sacarosa o azúcar de mesa (tipo más común) ha aumentado hasta llegar a tener un consumo per cápita de 34.8 kilogramos al año en Panamá, según datos de FAOSTAT (The food and agriculture organization corporate statistical database).

En el resto de Centroamérica hay un comportamiento similar. Un estudio realizado en un grupo de más de 1000 mexicanos señaló que dentro de su consumo de carbohidratos diarios, el azúcar representaba el 24% de su dieta, mayormente proveniente de bebidas azucaradas. Estas personas encuestadas presentaron un nivel de sobrepeso u obesidad, y en base a pruebas bioquímicas realizadas, este estudio concluyó que el consumo de “sacarosa” contribuyó a desarrollar mayor grado de grasa corporal, alteraciones metabólicas y adicción al azúcar.

Los niveles de grasa corporal junto con la presencia de un perfil pro inflamatorio tienen una estrecha relación con la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles como la Diabetes Mellitus tipo 2, Hipertensión Arterial y enfermedades cardiovasculares.

Hoy en día ya son muchos los efectos negativos del azúcar para la salud que han sido demostrados por la ciencia, pero, ¿Por qué, a pesar de saber esto, seguimos ingiriéndola?

Aunque en nuestra lengua contamos con receptores en las papilas gustativas para identificar el sabor dulce, en un reciente artículo publicado en la revista “Springer Nature”, un grupo de científicos explicó una ruta independiente de ese efecto sensorial y por el cual se explica por qué algunos animales, aun sin contar con estos receptores, muestran preferencia por el azúcar; ejemplo los ratones, uno de los sujetos de estudios para este grupo investigativo.

Esta investigación expone la relación intestino-cerebro, “una vez más, nuestro segundo cerebro en acción”. Esta vía fue señalada por Charles Zuker, médico en Columbia University, quien junto a su equipo describe cómo al consumir azúcar en el intestino se activan ciertas señales que notifican al cerebro de la llegada de esa molécula “sacarosa“, y entonces se aumenta el deseo por más al activar el sistema de recompensa que provoca  que nos sintamos bien.

Este experimento se realizó en ratones, sin embargo, los investigadores mencionan que ocurre de igual forma en el ser humano y además han identificado que esa vía parece solo reaccionar con azúcar, no con endulzantes artificiales u otros. 

Y es que, aunque en la boca se activan los mismos receptores del sabor “dulce”, independientemente si es azúcar (sacarosa) o es proveniente de alguna fruta o endulzante natural sin calorías o artificial, esta vía de conexión del intestino con el cerebro va hacia un área del mismo que está diseñada para procesar específicamente el azúcar sacarosa o similares, llamado núcleo caudal del tracto solitario. Este recibe el estímulo en presencia del azúcar, a través del nervio vago.

La excitación causada en esta parte del sistema nervioso no sucede en presencia de endulzantes artificiales tipo acesulfame k o naturales sin calorías como la estevia  u otros, incluso de la fructosa o azúcar de las frutas. Los investigadores mencionan que  quizás es por esto que esos otros componentes para endulzar no llegan a ser tan gustados como el azúcar en sí.

¡Interesante! Definitivamente este grupo de científicos seguirán trayendo novedades del comportamiento del cuerpo humano en relación al exagerado consumo de azúcar en nuestro día.

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