Aprende a identificar cuándo ocurre un orgasmo femenino

Jue, 07/04/2019 - 13:02
La autoexploración es el principal paso para conocer nuestro cuerpo y la forma de lograr orgasmos maravillosos. Ese mismo recorrido es en el que guiarás a tu pareja para que te ofrezca placer de la forma que deseas
Por: Issa Faride
Psicóloga-sexóloga
@sexoconseso
 
El orgasmo femenino es uno de los procesos fisiológicos que más fascinación y curiosidad genera en la sexualidad humana, precisamente por lo intrincado que puede llegar a ser.
 
De manera general, la sexualidad femenina es más compleja que la del hombre. De hecho, durante siglos la sexualidad femenina no era reconocida como hoy en día, y las mujeres asumían un rol completamente pasivo, en el que solo era receptora y facilitadora del placer del hombre. 
 
El sexo por placer, en el caso de la mujer, sencillamente no existía. Aun así, la procreación nunca se detuvo y esto se debe a que la mujer no necesita experimentar orgasmos para que ocurra la fecundación de sus óvulos; a diferencia del hombre, en el que esa cadena de movimientos de contracción tiene como finalidad adaptativa expulsar los espermatozoides fuera de los testículos y, por supuesto, fecundar. 
 
Aunque debemos aclarar que el patrón fisiológico básico del orgasmo es igual en todos los seres humanos, indistintamente si es hombre o mujer, lo que varía en cada uno de nosotros es la respuesta y su forma de manifestar el placer que experimentamos. Nunca dos personas lo expresarán de la misma forma. De hecho, una misma persona lo experimenta y es posible que lo exprese de forma diferente en cada encuentro sexual.
 
Muchos tienden a pensar que el orgasmo debería darse de forma inmediata después de un estímulo sexual efectivo. Tocar, acariciar, lamer y besar las zonas erógenas aumenta la excitación sexual, pero la respuesta orgásmica no es automática, sino que está condicionada por una serie de factores y circunstancias bajo las cuales ocurre el estímulo. Los factores psicológicos juegan un rol fundamental tanto positiva como negativamente, dependiendo de las asociaciones mentales de cada persona.
 
De acuerdo a lo anterior, podemos excitarnos al ser estimulados al tocar, oler, ver, escuchar o saborear algo que mentalmente asociamos con una experiencia sexual previa. Pero si las asociaciones mentales son desagradables, producen en nosotros una reacción negativa que reduce la excitación sexual o la extingue. Este es un punto medular en el abordaje que hacemos los especialistas en la mayoría de disfunciones sexuales.
 
Volviendo a nuestro tema, el proceso fisiológico del orgasmo femenino es parecido al del hombre, la diferencia es que nosotras no contamos con un “punto de inevitabilidad eyaculatoria”. Todo lo contrario, nuestro disfrute de un orgasmo puede verse bloqueado en cualquier momento ante una interrupción, desconcentración, cese de estimulación, entre otros; lo cual resulta frustrante para la mayoría de mujeres.
 
Vale resaltar también nuestra capacidad multiorgásmica. Al respecto, Masters y Johnson sostenían en sus estudios que la mayoría de las mujeres que eran multiorgásmicas, declaraban que esto sucedía más frecuentemente durante la masturbación que durante las relaciones sexuales. Si una mujer continúa con la estimulación tras la fase de orgasmo, puede volver a tener orgasmos adicionales en un breve espacio de tiempo (aunque no siempre es posible).
 
Por lo tanto, la autoexploración es el principal paso para conocer nuestro cuerpo y la forma de lograr orgasmos maravillosos. Para ello necesitas concentrarte en tus sensaciones a medida que recorres tu cuerpo, pues ese mismo recorrido es en el que guiarás a tu pareja para que te ofrezca placer de la forma que deseas. Reiteramos que la concentración es muy importante.
 
 
Ahora bien, si no logras identificarlo cuándo ocurre, ten en cuenta los cambios físicos que te indicamos a continuación:
  • Experimentas acentuadas contracciones rítmicas involuntarias de la plataforma orgásmica y el útero. En un orgasmo breve pueden producirse 3-4 contracciones, por el contrario, en uno más fuerte puede haber 10 ó 12 contracciones mucho más intensas.
  • Sentirás como aumentan tu ritmo cardíaco, la presión sanguínea y el ritmo respiratorio a su máximo nivel.
  • Rubor sexual en tu cara y/o distintas partes de tu cuerpo como el pecho, cuello, brazos, glúteos, abdomen.
  • Sentirás contracciones involuntarias del esfínter rectal.
  • Pierdes el control voluntario muscular. 
  • Pueden darse espasmos como calambres en grupos musculares de la cara, las manos y los pies.
  • Tras ocurrir las primeras tres o seis contracciones, el tiempo de los intervalos se alarga y poco a poco irá disminuyendo la intensidad.
Finalmente, podemos decir que la comprensión de este proceso fisiológico y sus factores subyacentes es lo que nos permite disfrutarlo. Entender que en las mujeres quizás no siempre se va a dar de forma fácil, pero definitivamente sí es más variable en intensidad, en percepción subjetiva, en duración e incluso en cantidad.

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