Una bizarra relación: Trump y Melania

Mar, 01/31/2017 - 14:42
Fragmentos de entrevistas que ha dado el presidente de EE.UU y la primera dama. ¿Te casarías con un hombre así?

¿Cómo se conocieron?

Cuando conoció a Melania en una fiesta celebrada durante la New York Fashion Week, el actual presidente de EE.UU tenía 52 años. Era un hombre descarado y estridente, sumamente rico, una leyenda neoyorquina. Melania Knauss (su nombre de modelo) tenía 28. Era una morena alta y tímida cuyos ojos aún no habían adquirido ese carácter rasgado y tirante. “Yo no sabía gran cosa de Donald Trump —asegura—. Tenía mi vida, mi mundo. No conocía el tipo de vida que él llevaba”.

 

Esa noche de septiembre de 1998, el magnate llegó con otra mujer, pero le interesó de inmediato Melania. Mandó a su amiga al baño para abordar a la modelo en la que se había fijado. Melania se negó a darle su teléfono y le pidió que fuera él quien le pasara sus datos de contacto. “Si se los daba yo, habría sido una de tantas mujeres a las que él llamaba”, recuerda. La modelo sentía curiosidad por ver si Trump le daba un número de su oficina. “Quería ver cuáles eran sus intenciones —explica—. Dice mucho de un hombre qué número te da. Me los pasó todos”. Esperó una semana antes de llamarlo. “Hubo mucha química entre nosotros, pero su fama no me impresionó. Es posible que él lo notara”.

Poco después de que iniciaran su relación, ella la interrumpió. “Al principio le costó confiar en él”, cuenta Matthew Atanian, un fotógrafo con el que la modelo compartió departamento en el edificio Zeckendorf Towers de Union Square, nada más instalarse en Nueva York. Al cabo de seis meses —añade Atanian— ya estaban juntos de nuevo. O bien la joven enderezó a Donald (que ha insistido en que es absolutamente fiel a Melania), o aceptó el carácter inmutable del magnate: ella no aspira a cambiarlo. Aparentemente, lo que ha encontrado en Trump (a pesar de la diferencia de edad y de un comportamiento que haría que la mayoría de las mujeres salieran corriendo) es lo que siempre había estado buscando. “Le gusta ese poder y esa protección —cuenta una de las viejas amigas que Melania tenía en Liubliana—. Creo que necesitaba a un hombre fuerte, una figura paterna”.

 

 

¿Qué piensa él de ella?

“Trabajo mucho, desde muy temprano hasta muy tarde —dijo en 2005—. No quiero llegar a casa y esforzarme para mantener una relación”. Para el magnate, divorciado dos veces, Melania es espléndida. Nunca le ha oído “echarse un pedo ni hacer caca”, según le contó una vez al showman Howard Stern. ¿La clave según Melania? Tener baños separados.

Él puede estar seguro de que ella se toma la píldora todos los días, tal y como le contó muy ufano a Stern, en ese sentido, es una mujer increíble. “Tiene proporciones perfectas (mide 1.80 m, pesa 56 kilos) y unas tetas estupendas, lo cual no es un asunto insignificante”. Stern preguntó al magnate qué haría si Melania sufriera un terrible accidente de coche, tras el cual se quedara sin poder utilizar el brazo izquierdo, le saliera una purulenta mancha roja cerca de un ojo y se le deformara el pie izquierdo. ¿Seguiría con ella? —Y los pechos, ¿qué aspecto tendrían? —preguntó Trump. “A los pechos no les pasaría nada”, contestó el presentador. En ese caso, claro que seguiría con ella. “Porque ese detalle es importante”.

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