Esta es la relación entre el estrés y el colesterol

Lun, 01/18/2016 - 20:18
Se ha comprobado que existe una estrecha relación entre ambos. Te damos consejos para combatirlo, ¡toma nota!
Foto: Huffington Post

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Marta tiene 43 años. Estaba pasando por algunas situaciones familiares de estrés cuando se hizo exámenes médicos de rutina y se enteró de que sus niveles de colesterol se habían disparado. Le pareció raro, ya que ella practicaba ejercicios regularmente y toda su vida había comido sano. El colesterol, de igual forma que los triglicéridos, forma parte de las grasas del cuerpo, conocidas como lípidos. En nuestro cuerpo, los lípidos son utilizados como materia prima para síntesis de hormonas y después de metabolizarse, son los que producen la energía. Pero al igual que las grasas, el colesterol tiene dos tipos: el HDL o también llamado lipoproteínas de alta densidad (buen colesterol) y el LDL, conocido como lipoproteínas de baja densidad (mal colesterol). Se dice que este último es el malo porque es el que cede el colesterol a todos los tejidos, a veces se excede y luego provoca enfermedades en las arterias (cardiovasculares).

Así como el caso de Marta hay muchos. Los niveles de LDL son muy altos y nadie entiende por qué.

Según un estudio realizado por la Sociedad de Prevención de Ibermutuamur, existe una gran relación entre el estrés y los niveles de colesterol. Según los resultados publicados en la revista “Scandinavian Journal of Public Health”, los trabajadores con estrés laboral o emocional presentan mayor probabilidad de sufrir niveles anormalmente altos de LDL. “Uno de los mecanismos que podrían explicar la relación entre el estrés y el riesgo cardiovascular podrían ser los cambios en nuestro perfil lipídico, lo que supondría una mayor acumulación de placa ateroma (depósito de lípidos) en nuestras arterias”, explicó el experto Carlos Catalina, psicólogo clínico experto en estrés laboral quien estuvo involucrado en el estudio. “Los trabajadores que declararon haber experimentado dificultades para hacer frente a su trabajo durante los últimos doce meses (un 8.7 % de la muestra) contaron con un mayor riesgo de padecer dislipidemia”, agregó el experto.

Otras causantesLos niveles altos de colesterol LDL también se dan por otras razones. Entre ellas, el sobrepeso, el consumo excesivo de alcohol y el sedentarismo. Además, problemas médicos como la diabetes, la glándula tiroides hipoactiva o el síndrome ovárico poliquístico, pueden afectar los niveles del LDL. Es importante que si presentas algún tipo de estas condiciones, consultes a tus médicos y puedas realizarte los exámenes adecuados. Los niveles generales son los siguientes:

LDL: 70-130 mg/dL (los números más bajos son mejores).

HDL: más de 40-60 mg/dL (los números altos son mejores).

Colesterol total: menos de 200 mg/dL (los números más bajos son mejores).

Relación con las hormonas femeninasA partir de los 45 años, es necesario que las mujeres comiencen a prestar más atención a los niveles de LDL en sangre, debido a que durante la menopausia los niveles de estrógeno disminuyen, esta hormona actúa en nuestro cuerpo como una especie de protección contra los niveles altos de colesterol, influye en el metabolismo de las grasas y gracias a su acción induce la producción del colesterol bueno (HDL).El tratamientoPor supuesto, las primeras recomendaciones que se da a los pacientes son las siguientes:Cuidar la alimentación: se promueven los alimentos naturales, bajos en grasas. Hay médicos que designan dietas específicas para cada paciente.

Desarrollar una rutina de ejercicio.

Si los cambios de estilo de vida no funcionan, entonces se recurre a una medicación, generalmente estatinas, pero varían en cada caso.

Estos son los alimentos adecuados para tu dieta

Está comprobado que existen ciertos alimentos que funcionan mejor para mantener los niveles de colesterol en control, incluso, existen otros que ayudan a recudirlo. Te detallamos cuáles son los que debes agregar a tu dieta diaria.

1. Frutos secos: las nueces, las avellanas y las almendras contienen grasas insaturadas con alto valor nutritivo.

2. Hierbas aromáticas: el perejil y el diente de león son alimentos ricos en vitamina C y E, que facilitan el metabolismo de las grasas.

3. Vegetales: te recomendamos la berenjena, alcachofa, el ajo, la cebolla, la soya, las habichuelas, zanahorias.

4. Cereales: la soya, germen de trigo, cereales integrales, y la levadura de cerveza. Te recomendamos mezclarlos con yogur.

5. Aceites vegetales: utilízalos para preparar tus alimentos. El mejor es el de oliva. Le siguen el de girasol, y el de soya. El aceite de coco y de palma son altos en grasas saturadas, por lo tanto, trata de evitarlos.

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