Descubre cómo el estrés te hace aumentar de peso

Lun, 01/28/2019 - 13:15
El aumento de peso no es un proceso tan cuadrado como decir: “como mucho y ganó peso”, ¡mira los factores que pueden afectar en el proceso!

A diferencia de lo que estamos acostumbrados a escuchar, el aumento de peso no es un proceso tan cuadrado como decir: “como mucho y ganó peso”; por el contrario, los últimos hallazgos científicos relacionan este hecho con múltiples factores, entre esos el estrés, ¡sí! Aunque en muchas empresas sea una palabra casi “prohibida”, el estrés es una realidad que vivimos a diario, no solo laboralmente sino en lo personal, en los estudios y hasta financieramente, veamos qué tan lejos puede llegar y afectar nuestra salud.

El estrés puede definirse como una experiencia emocional negativa acompañada de cambios bioquímicos y  psicológicos de las personas, es un proceso normal del cuerpo, sin embargo, cuando es constante hay la posibilidad de convertirlo en crónico y  puede llegar a perturbar la calidad del sueño, experimentar más antojos, tener mayor apetito durante el día y desmotivar totalmente las ganas de hacer ejercicios.

Estrés y peso corporal

Múltiples estudios muestran la asociación entre el estrés mental y la ganancia de peso, sobre todo en el área abdominal. Esto se da principalmente por un aumento de los niveles de la hormona cortisol (hormona del estrés) que en condiciones normales actúa para ponernos en alerta; sin embargo, durante el estímulo constante producido por el estrés se encuentra siempre aumentada y junto con ella es predominante la reserva de grasa abdominal, acompañada de hambre emocional, es decir, “comer en ausencia de hambre”, sobre todo con antojos por alimentos altos de grasa y azúcares.

Al derecho y al revés

No conforme con hacernos más susceptibles a ganar peso, el estrés también tiene su papel de villano cuando se trata de perderlo. Así está el asunto: estar dentro de un plan de pérdida de peso no nos exime de padecer las consecuencias del estrés y es que este puede ser una GRAN BARRERA, quizás la mayor que te puedas encontrar para lograr esa meta propuesta.

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Un estudio piloto realizado en el 2013 en mujeres griegas demostró que la pérdida de peso es mayor cuando existen terapias para manejar el estrés en ese tipo de programas.

Algo parecido ocurre con el descanso, mientras que el estrés puede promover un sueño poco profundo y reparador, la restricción voluntaria del sueño interrumpe el ritmo circadiano normal de las hormonas y da paso a que aparezca el estrés. En otras palabras: Si eres de los que se limita a dormir 3 o 4 horitas por pasar más tiempo trabajando, viendo películas u otras cosas, ¡detente! Puedes estar desequilibrando tu cuerpo, cosa que a largo plazo afectará tu salud general.

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Buenas noticias

Desde el punto de vista de la nutrición, el estrés y la ansiedad se asocian a la deficiencia de nutrientes como Vitamina D, B6, B12, Niacina, Omega 3, Calcio y Magnesio, por lo que conviene incluir en nuestra alimentación diaria productos como: frijoles como los rojos, garbanzos, lentejas; semillas y frutos secos como el ajonjolí, pistacho, semillas de girasol, cereales como la quínoa, el arroz integral; productos de origen animal como lácteos (moderadamente), hígado de res (eventualmente), huevos; frutas como el banano, durazno, sandía, aguacate; vegetales como la espinaca, perejil, brócoli y por último chocolate… si, pero amargo, por lo menos de 60% cacao hacia arriba.

Aunque es considerado normal el experimentar estrés, este puede llegar a ser un arma de doble filo cuando no se sabe  manejar de la manera adecuada, es por eso que cuando se quiere mejorar en algún aspecto de la salud/estilo de vida, debemos evaluarnos como un todo (cuerpo ligado a la mente), ya que muchas veces no es que el plan no esté funcionando, sino que pueden existir barreras como esta que nos están impidiendo lograr nuestro objetivo.

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